2018 OTS. 07 UNICEF ALERTA DE QUE LA POBREZA ACENTÚA LA BRECHA DIGITAL Y RESTA OPORTUNIDADES El uso de las nuevas tecnologías comporta riesgos entre los menores. Habrá que formar y establecer un marco normativo que regule Internet, plantea Unicef tras un estudio que señala también beneficios y oportunidades que no están al al alcance de todas y todos. Nerea GOTI Se dice de las nuevas generaciones que son nativos digitales. Ellos y ellas han crecido con las nuevas tecnologías, esas que tanto preocupan a familias y educadores por los riesgos que comportan, pero que son inherentes a la vida en la actualidad. Son clave en sus espacios de ocio, en sus relaciones... y fundamentales también en el ámbito educativo. Internet es, según recordó ayer Unicef, un espacio de riesgos en el que habrá que actuar para formar y minimizarlos al máximo, sí; pero también un campo de oportunidades del que ningún menor debería quedar excluido. Al presentar las conclusiones de un estudio que aborda a nivel del Estado español la brecha digital entre los niños y niñas, explicaron desde la agencia para los derechos de la infancia que en el uso de Internet «no todo son riesgos». Recordaron que tener acceso a la red ofrece muchas ventajas para el desarrollo y aprendizaje» facilitando el acceso a la información «a través de aplicaciones y plataformas especializadas», que puede «ayudarles en la construcción de relaciones sociales con otros niños y niñas que tengan sus mismas inquietudes» y que también es importante en la medida que «abre las puertas» no solo al consumo de contenidos «sino a la creación, la creatividad y la participación en foros sobre problemas que les afectan». El problema es que no toda la adolescencia tiene acceso a esa ventana en la red y «la variable» que más influye es el estatus socioeconómico de las familias. Estas son algunas de las conclusiones del informe que Unicef presentó ayer, “Los niños y niñas de la brecha digital”. Se trata de un estudio realizado a nivel del Estado español, que ha sido elaborado por el grupo de la UPV-EHU EU Kids Online y que ha puesto el foco en los grupos «que podrían calificarse a priori como más vulnerables». En el estudio han participado 91 informantes, 8 eran adultos responsables de centros de acogida y educadores y 83 niños y niñas de entre 8 y 18 años, de los cuales 52 eran de origen extranjero (ecuatorianos, magrebís y subsaharianos, atendiendo a los colectivos migrantes más importantes en número), 17 de etnia gitana y 12 menores que se encontraban bajo la tutela de centros de protección. Destaca el estudio que es la comunidad gitana «la que más dificultades tiene en el acceso y uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)». Tal y como explicaron, «es frecuente que los niños y niñas de este colectivo tengan móviles, pero la mayoría no siempre dispone de tarifa de datos para conectarse». «La pobreza es, sin duda, una de las barreras para acceder a Internet», subrayaron, pero no la única, otra tiene que ver con el uso que hacen de las TIC y en este caso «los niños y niñas de la comunidad gitana, LGTBI y los niños y niñas de origen migrante, son los más vulnerables y los más atacados en Internet». Los riesgos, «No seas estrella» Los responsables del Comité de Unicef en la CAV Isidro Elezgarai y Elsa Fuente, que comparecieron ante los medios junto a los responsables del estudio de la UPV-EHU, el catedrático Carmelo Garitaonaindia y la profesora Elsa Fuente, subrayaron la discriminación y el discurso del odio por su impacto, «muy negativo», y citaron, como ejemplo, testimonios de menores de la comunidad musulmana que se ven nombrados como «moros» en las redes o se les relaciona con el yihadismo. Sin embargo, para la comunidad de origen migrante las TIC son «esenciales», según apuntaron, porque son herramientas que permiten mantener contacto con sus raíces, con el país de origen de sus familias y porque a la vez facilitan su integración. Destacó al respecto Garitaonaindia que hoy es posible que esas familias contacten con los suyos vía Skype y lo hagan de forma habitual no esporádicamente. El estudio de la UPV-EHU establece, por otra parte, los riesgos que comporta la actividad on line, desde el ciberacoso o ciberbullying, pasando por el conocido como sexting (envío de mensajes de contenido sexual), el acceso a contenidos que no son adecuados para los menores, el uso excesivo y la falta de privacidad y el uso indebido de los datos personales de niños y niñas. Precisamente para concienciar sobre este último caso, Unicef ha lanzado la campaña #NoSeasUnaEstrella, cuyo soporte es un vídeo en el que se sitúa frente a las cámaras a menores a los que se entrevista en base a la información personal que cuelgan en las redes. No solo se sorprenden, se estremecen al comprobar lo que puede saberse de ellos y ellas solo consultando sus perfiles. Unicef reclamó «formación en las escuelas y en las familias en derechos, valores y competencias digitales, para transmitir a los niños y niñas una visión integral y crítica» y que sean «capaces de identificar los riesgos»; pero emplazó también a instituciones y empresas a establecer un marco normativo que regule el acceso a Internet.