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Marta Rovira hizo un referéndum


Leyendo el último informe que la Guardia Civil ha enviado al magistrado Llarena sobre el inverosímil delito de rebelión puede repasarse casi con minuciosidad diaria la fase previa al referéndum, cuando el 1-O se preparaba discretamente. El informe refleja el contenido de los pinchazos de cerca de 120 llamadas telefónicas, la mayoría de ellas desde el teléfono del número dos de Oriol Junqueras, Josep Maria Jové.

El referéndum se preparó desde mayo con discreción pero no en secreto. Muchos periodistas conocían algunos de los detalles que la Guardia Civil señala como grandes averiguaciones. Por ejemplo, que era Jové el encargado último de la ejecución del mecanismo de autodeterminación, que lo estaba sacando adelante casi en solitario, con medios escasos y con las zancadillas de diversos sectores del Govern que no veían con buenos ojos el referéndum.

Los investigadores de la Guardia Civil van más lejos y sitúan en la cúspide de la organización del 1-O a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en un informe que entregan al juez cinco días antes de que la actual líder del partido en ausencia de Junqueras pase por el banquillo.

Pero esto tampoco es una gran noticia. Cualquiera que conociese los entresijos de la Generalitat entre mayo y septiembre pasado sabe que llegó un momento donde la vicepresidència constata, ante la presión del Gobierno y la falta de compromiso de sectores del Govern, que solo implicando totalmente a ERC como partido podría hacerse el 1-O.

«Tenemos dificultades importantes, pero os garantizo que estamos haciendo todo lo posible para hacer un referéndum y que no hay plan alternativo», nos aseguró Rovira ante un corrillo de periodistas a primeros de septiembre. La Guardia Civil certifica ahora que, efectivamente, Rovira estaba haciendo eso.

Y finalmente pasó. Gracias a cientos de anónimos que se jugaron la libertad, miles de voluntarios que defendieron los colegios y dos millones de votantes, el referéndum que Rovira y Jové preparaban se hizo, infligiendo al Estado la mayor derrota democrática de las últimas décadas. No importa que hacer un referéndum no sea ningún delito de rebelión. Nunca les perdonarán que lo consiguieran.