2018 MAR. 06 CICLISMO AMATEUR Julen Amarika, mucho más que un cambio de equipo Ha bajado peso tras tener decidido dejar la bicicleta y acabó séptimo en Aiztondo tras fugarse de salida. Joseba ITURRIA Julen Amarika (Loiu, 1995) es el mejor vasco en la general de la Copa de España, sexto, tras ser duodécimo en el Circuito Guadiana y séptimo en la Aiztondo Klasikoa tras hacer toda la carrera en cabeza. Éxitos que llegan después de tener decidido abandonar la bicicleta tras agotar sus cuatro años sub’23. Comunicó al Aldro, con el que ganó la prueba inaugural de Zumaia en sus dos años con el equipo de Manolo Saiz, que iba a dejar el ciclismo. Amarika explica a GARA que «el año pasado lo acabé y no tenía ganas de seguir y dije a un montón de gente que lo dejaba, pero en octubre-noviembre los de la grupeta me animaron a no dejarlo y Mikel Ugarte, que había corrido alguna vuelta con ellos el año pasado, le planteó a Luis Vicente Otín –responsable del Telco’m– que tenía un amigo que pensaba dejarlo y buscaba un equipo tranquilo. Me dijo que si quería tenía un hueco». «Cambié de equipo porque quería un entorno más tranquilo, con más libertad, poder ir a las carreras que uno quiere y con la condición de que si me veía asfixiado pudiera dejarlo. No se está dando el caso y lo he cogido con muchas ganas. En Aldro me tocaba trabajar para otros, hay que saber estar en un equipo grande. Pero quería esa libertad de que si ando bien voy a poder hacer mi carrera. Algún día ayudaré a otros, pero con menos frecuencia», añade. La metamorfosis Ese cambio le ha venido bien y su metamorfosis ha sido grande a todos los niveles. Ha pasado de ser un rodador-sprinter a exhibirse en la dureza de la Aiztondo Klasikoa y destaca el peso perdido: «Me he cuidado mucho más la alimentación, estoy más fino que otros años. He hecho muchos puertos y muchas series en subida, pero el cambio de entrenamiento no ha sido tan brusco. Lo importante era bajar peso. Mido 1,93, he bajado de 83 a 80 y aún tengo algún kilo más para bajar». Eso le hizo brillar en una prueba dura como la de Aiztondo. Se metió en la fuga desde la salida y fue el que más aguantó. Los más fuertes solo pudieron atraparlo a quince de meta: «Desde ahí pensaba en aguantar lo máximo con ellos. Al principio éramos cinco y el objetivo era ser quinto, luego siete y pensaba ser séptimo y al ver que llegaban los lobos a falta de 500 metros apreté el culo para mantener ese puesto». Se ha colocado sexto de la Copa, de la que solo corrió cuatro pruebas en dos años en Aldro. Al ser élite será su objetivo junto al Euskaldun: «He trabajado para correr la Copa y en las dos primeras carreras me he visto bien. En la primera se fueron once en Magacela y gané el sprint del grupo. No digo que voy a disputar la general. Iré a cada carrera a hacerlo lo mejor posible y, si voy para arriba, bien y, si bajo, no pasa nada». «Es un aliciente que salgan equipos» Amarika destaca que «he cambiado mi actitud, me tomo las cosas más en serio, soy más sólido, más responsable y al ser élite debo aspirar a más cosas. El equipo me ha dado confianza y quiero andar lo mejor posible, tener un muy buen año y ver si puede salir algo. Con Murias y Euskadi hay equipos, ves que gente que ha estado al lado tuyo o de la grupeta están en profesionales. Y es difícil sí, hay que trabajar mucho, también, pero hay huecos y es un aliciente que salgan equipos». Cree que su perfil de corredor con su 1,93 tiene cabida en profesionales: «Hay mucha gente para tirar del carro, no son todos líderes y podría tener un hueco, pero hay que demostrar mucho. Tengo buena punta de velocidad y espero sacar resultados». Ya corrió con profesionales al ir en 2017 con la selección española sub’23 a Indurain, La Rioja, Tour de Flandes y ZLM Tour. Sacó su lección: «Ves que te queda mucho trabajo, la gente va muy rápido, nos creemos que andamos bien y hay que espabilar». J.I. DE ALDRO A TELCOM «Cambié de equipo para tener un entorno más tranquilo, más libertad, ir a las carreras que uno quiere, poder disputar si estoy bien y con la condición de poder dejarlo si me veía asfixiado. Lo he cogido con muchas ganas».