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La euskarafobia se emplea como excusa


El Parlamento navarro aprobó ayer la Ley de Contratos que introduce cláusulas sociales para que las empresas que trabajen para la Administración tengan que cumplir varios requisitos. La norma cuenta con el apoyo sindical y LAB, CCOO y ELA lo celebraron en la calle. Es una imagen que no es habitual. Todos los que analizan la ley destacan que supone un avance respecto a la situación anterior.

¿Todos? No. UPN y PP se resisten a aceptar la evidencia, aleccionados por sus terminales mediáticas, y a pesar de que en comisión apoyaron la ley, en el Pleno de ayer votaron en contra a pesar de subrayar los avances.

El motivo no es otro que el euskara, el último «episodio apocalíptico» que se han inventado. La excusa es que en una disposición adicional de la ley, en un anexo, se señala, vagamente, que las empresas que tengan que atender al público deberán mostrar su voluntad de avanzar en la oferta en euskara. Nada más. Algo que se puede hacer en poco más de un folio diciendo que se facilitará que los trabajadores vayan al euskaltegi.

Esta simple mención –«el chocolate del loro», según el portavoz de Geroa Bai– ha servido a UPN y PP para votar en contra, para montar el número apelando a la «imposición de la agenda nacionalista».

Más allá de las vestiduras rasgadas de la derecha, que ayer también sufrieron otro desgarrón por el apoyo del Gobierno a la manifestación del sábado por los de Altsasu, lo cierto es que Nafarroa tiene para mucho años una buena ley para poder superar el atávico clientelismo. Y eso es lo que les molesta de verdad.