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Un fugaz Cuatro Naciones en el césped de San Mamés

Leinster y Racing disputarán la final de la Champions; Cardiff Blues y Gloucester la de la Challenge Cup.


Leinster y Racing 92 serán los equipos que el próximo 12 de mayo se verán las caras en la gran final de la Champions Cup, que se disputará en San Mamés a partir de las 17.45.

Un choque de altos vuelos con iconos de sus respectivas selecciones en sus filas, como el apertura irlandés Jonathan Sexton o del medio melé galo Maxime Machenaud.

Por no hablar de uno de los más grandes, Dan Carter, dos veces campeón del mundo con los All Blacks. Designado tres veces mejor jugador del planeta (2005, 2012 y 2015), da a sus 36 años los últimos coletazos de su carrera a orillas del Sena.

Son solo algunos de los nombres que pisarán el tapete bilbaino, donde no faltará la presencia vasca gracias al “enfant terrible” Teddy Thomas. El ala de Biarritz fue uno de los grandes protagonistas de la semifinal frente a Munster, que Racing dejó vista para sentencia en poco más de 20 minutos merced a un arranque meteórico.

En ese tiempo, el canterano del Olympique anotó dos ensayos y le regaló un tercero a Machenaud –85 puntos en esta Champions– cuando solo le restaba agacharse y posar el oval en la zona de marca de los de Limerick. La típica “frivolité” de Thomas, que ya le ha costado algún disgusto anteriormente. Pero como en la fábula del escorpión y la rana él es así, es su carácter y no puede evitarlo.

Los soldados de la Red Army –unos 4.000 hinchas de los de rojo en la grada– se veían desbordados y el marcador apuntaba un 21-3 muy complicado de voltear, sobre todo ante el equipo del Top 14 que menos puntos encaja.

Racing amplió su renta hasta el 27-3 –más de tres ensayos transformados de ventaja– y a partir de ahí se dedicó a contemporizar, lo que permitió a Munster maquillar los números con los ensayos de Zebo –futuro jugador albiazul–, Marshall y Conway, este último con el tiempo ya cumplido (27-22).

Laurent Labi, uno de los técnicos del conjunto francés, explicaba que tras analizar que la defensa de Munster era muy sólida en el centro pero menos fiable en los laterales, diseñaron un plan de ataque que pasaba por percutir un par de veces por el medio para obligarle a concentrar hombres ahí y luego abrir rápido a las alas, donde estaba la ruta hacia el tesoro.

Pleno de victorias

Los dublineses de Leinster, campeones en 2009, 2011 y 2012, se plantan en San Mamés con una hoja de servicios inmaculada, ocho victorias en otros tantos partidos. En la fase de grupos sumaron el pleno en un cuarteto nada sencillo que compartían con Exeter, Montpellier y Glasgow. En cuartos tumbaron al vigente campeón, Saracens, y ya en semifinales han pasado por encima del último ganador de la Guinnes Pro 14, Scarlets.

Los galeses fueron arrollados en el Aviva Stadium durante una hora, hasta encajar cinco ensayos y verse 38-9 en el marcador. El medio melé de los Boys in Blue, el neozelandés Jamison Gibson-Park, marcó a su delantera un ritmo desaforado ante el que los visitantes eran incapaces de bailar. Pim, pam, pim pam, un ensayo tras otro.

Ryan, Healy y McFadden en la primera mitad, el australiano Fardy –Man of The Match– y Sexton en la segunda. El apertura firmó 18 puntos y rebasó la barrera de los 600 en la máxima competición continental, una marca que solo han conseguido otros cinco jugadores.

El pie de Halfpenny fue insuficiente para mantener a los de Llanelli en el partido, que solo pudieron anotar el ensayo de la honrilla casi con el tiempo cumplido. No hubo color (38-16).

Solo faltarán los escoceses

El fin de semana en Bilbo será un cuatro naciones en formato de bolsillo –faltarán los escoceses–, ya que Cardiff Blues y Gloucester pondrán el aroma galés e inglés en la Challenge Cup, el viernes 11 a las 21.00. Ambos conjuntos saben lo que es levantar este trofeo. Cardiff lo consiguió en 2010 y Gloucester se impuso en 2006 y 2015.

Los Blues dejaron en la cuneta a Pau (16-10), que soñaba con disputar una final cerca de casa. Abrió el marcador Gareth Anscombe e igualó Conrad Smith, otro grande que da sus últimas lecciones. La puntería de Jarrod Evans inclinó la balanza.

Gloucester se deshizo sin problemas de Newcastle Falcons (33-12). Su tercera final en cuatro años. Los visitantes se adelantaron pronto, pero para el descanso los entrenados por Johan Ackermann ya habían volteado el marcador.

El técnico sudafricano cumple su primera campaña en Inglaterra después de poner en lo alto del Super Rugby a los Lions de Johanesburgo con un estilo dinámico muy alejado de los cánones tradicionales del país.

Otros dos ensayos en la segunda mitad sellaron el pasaje de los Cherry and White, cuya afición exhibirá los colores rojiblancos –con una camiseta muy similar a la del Universitario de Bilbo– ante otras tres que tienen el azul como tono principal.

Para redondear la anécdota, el azul y el blanco son los colores del Enisei (Rusia) y Heidelberger (Alemania), que jugarán el sábado 12 al mediodía en Getxo la final de la Continental Shield, la tercera competición europea.

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