¿Los mismos valores?

Los políticos vuelven a quedarse en la anécdota. Su interés por capitalizar los altavoces que les permitan dar la falsa imagen de que su prioridad es favorecer a la ciudadanía no deja ver la realidad.

Algunos han descubierto ahora el rugby en Bilbo, donde solo queda un club, el Universitario Bilbao, de los cinco que llegó a haber, donde no había ninguna instalación para practicarlo y donde hay un club que lleva más de 50 años trabajando con poca colaboración institucional.

Ahora han descubierto las bondades de esos valores que ¿nos unen? y son los mismos que hace medio siglo lleva predicando el rugby, y de los cuales es muy celoso: el compañerismo, el respeto (al contrario y al árbitro), la colaboración, la cultura del esfuer- zo… valores que identifican al pueblo vasco y tan bien podían haber ayudado algunos a desarrollar. Si creemos que el deporte es educación y el rugby transmite unos valores interesantes para la sociedad, en lugar de limitarse a hacer una promoción –que bienvenida sea– podían hacer más fácil el día a día a esos clubes. Y eso, como siempre, se traduce en cuestiones presupuestarias. Ojalá esta «fiesta del rugby» sirva para ir más allá de la anécdota del dinero que van a dejar y se vaya a la raíz, se apoyen esos valores y se dejen de hostias.

Porque para hostias, las de los establecimientos hoteleros, un atraco con el que estamos dando una imagen de «aprobetxategis» en lugar de utilizar la ocasión para dar una imagen atractiva de país, amable y hospitalaria, que podría haber convertido –y no disuadido– a esas aficiones en los mejores embajadores para futuros visitantes.