2018 MAI. 26 GIRO Froome devuelve el ciclismo al terreno de la épica y tiene como premio la maglia rosa Se marchó en solitario en el Col de Finestre a 80 de meta y llegó con 3:23 a Dumoulin. Simon Yates se hundió y Pello Bilbao se coloca séptimo en la general. Joseba ITURRIA Chris Froome devolvió el ciclismo a los años de las gestas épicas y se olvidó de su potenciómetro con un ataque a 80 kilómetros de meta en la ascensión al col de Finestre para empezar una exhibición que le permitió lograr su segunda victoria de etapa en el Giro con 3:23 sobre Tom Dumoulin y su primera maglia rosa con 40 segundos al holandés. El dominador de la carrera en las dos primera semanas, Simon Yates, confirmó que la debilidad apuntada en el final de Prato Nevoso del jueves no fue un problema puntual, sino el anticipo de su hundimiento. Cedió en la parte inicial del Finistre a 87 de meta sin poder seguir el ritmo del Sky y llegó a meta a 38:51 junto a Mikel Nieve, que una vez más renunció a sus opciones personales para acompañar a un líder en su vía crucis. El inglés del Mitchelton fue el gran perdedor, pero no el único, de la batalla que desencadenó el Sky en el puerto más duro de la etapa. Pozzovivo, tercero en la general hasta ayer, fue el undécimo de la etapa a 8:29, unas diferencias difíciles de encontrar en el ciclismo de las últimas décadas. Por delante suyo entró Pello Bilbao, que a pesar del tiempo perdido pasa a ser séptimo en la general por el hundimiento de Simon Yates y Dennis, que perdió 14:38 y aún con esa diferencia entró 18º en la meta. Y todo por la ambición de Froome, que ya advirtió que no daba por perdida la general a pesar de la desventaja que tenía y para eliminarla atacó desde lejos con el mejor día de todo el Sky en este Giro en la subida a Finestre. Puccio fue el que hizo la primera selección que no pudo superar Yates, De la Cruz puso un punto más y Elissonde preparó el ataque definitivo de Froome, que pasó en la cima con 42 segundos sobre Dumoulin, Pinot, Carapaz y Miguel Ángel López, 2:14 a un grupo con Pello Bilbao y Pozzovivo y 16:06 sobre Simon Yates a 73 kilómetros de meta. Mejor que mal acompañado A pesar de que Reichenbach, compañero de Pinot, se unió a los cuatro perseguidores, se demostró que es mejor caminar solo que mal acompañado. Froome fue más fuerte siempre que el quinteto perseguidor y amplió la renta en el descenso, en el ascenso de Sestriere y en los tramos de llano porque Richard Carapaz y Miguel Ángel López estaban solo preocupados de disputarse el maillot blanco del mejor joven y no colaboraron para recortar diferencias. En esas condiciones fueron Dumoulin, Pinot y Reichenbach los que asumieron el trabajo en el quinteto perseguidor hasta que el francés se negó a dar más relevos por la amenaza de que se pudieran aprovechar de su trabajo Carapaz y Miguel Ángel López en su objetivo de entrar en el podio final de mañana. Eso unido a la poca pericia de Reichenbach en el descenso de Sestriere, lo que llevó a todos a esperarle, provocó que Froome comenzará la última subida de Bardonecchia, 7,2 km al 9,1% de media, con 3:21 al grupo perseguidor y ocho minutos al de Pozzovivo y Pello Bilbao. Dumoulin aguantó el tipo en la última subida, pero no pudo evitar que Froome alcanzara la maglia rosa con 40 segundos de ventaja al holandés ante la etapa definitiva de hoy, con tres puertos de Primera –Tsecore, Saint Pantaléon y Cervinia– en la parte final. El holandés intentará atacarle para buscar una debilidad similar a la del pasado domingo del inglés después de ganar el sábado en el Zoncolan. La felicidad de Froome Froome, que además de vestirse en la meta la maglia rosa se enfundó también la azul de la montaña, por eso no daba por ganado su primer Giro a pesar de su exhibición de ayer y de la debilidad que mostraron sus rivales. Dijo que el de hoy «será otro día difícil, pero mis piernas están cada vez mejor con el paso de las etapas. Creo que nunca había atacado a 80 kilómetros de la línea de meta en toda mi carrera. He corrido solo y he llegado hasta el final. El equipo hizo un trabajo fantástico para permitirme hacerlo». El ganador de cuatro Tours y de la última Vuelta a la espera de conocer la sanción por el positivo de salbutamol que dio en la ronda española añadió que «primero debíamos alejarnos de Simon Yates y luego dejar a Dumoulin. Para pasar de la cuarta a la primera posición en la general no podía esperar a la última subida. El col de Finestre era el sitio perfecto para atacar». La etapa de ayer resultó especialmente dura y entre la lista de corredores que dejaron el Giro destaca uno de los favoritos, Fabio Aru, junto a Kiryienka, Lutsenko y O’Connor, que se cayó cuando marchaba en el grupo de Pozzovivo y Pello Bilbao y estaba en condiciones de entrar en el Top 10 de la general final.