GARA Euskal Herriko egunkaria
MUNDIAL 2018

Corazón marroquí, pasaporte europeo

Marruecos cuenta con una buena plantilla formada en su gran mayoría por futbolistas que han nacido o crecido en Europa. Son los hijos de una comunidad migrante que supera los tres millones de personas.


De los 23 jugadores que disputarán el Mundial con Marruecos, únicamente siete han nacido en su territorio y únicamente cinco han completado todo su desarrollo vital y futbolístico en dicho país. Siete de ellos proceden de Francia, cinco de Holanda, dos de Bélgica, otros tantos del Estado español mientras que Quebec y Alemania cuentan con un representante. Una labor de captación paciente y constante, ya que siete de los futbolistas de los Leones del Atlas lucieron la camiseta de otra selección en categorías inferiores.

La comunidad más numerosa es la gala, algo lógico si se tiene en cuenta que más de un millón de marroquís residen en el Estado francés. Siendo segunda comunidad migrante más importante del hexágono después de la argelina. Algo que se traduce con la presencia de Mandyl, Fajr, Saiss, Benatia, Ait Bennaser, Harit y Belhanda en la lista de Hervé Renard. Los cuatro últimos, además, jugaron en las selecciones inferiores de les bleus.

Se calcula que alrededor del 2,2% de la población holandesa procede de Marruecos. Un hecho que ha desatado situaciones de xenofobia como las declaraciones del líder ultraderechista Geert Wilders en las que afirmaba que «hay demasiada chusma marroquí en nuestra tierra». Palabras pronunciadas en Rotterdam, primera gran ciudad de los Países Bajos que cuenta con un alcalde procedente del país magrebí: Ahmed Aboutaleb.

No han sido las únicas críticas. En su momento, el antiguo director técnico de la selección holandesa y el Ajax Marco van Basten se quejó de que la federación marroquí captase a jugadores que habían crecido futbolísticamente al amparo de la metodología de la factoría holandesa. Es el caso de los hermanos Amrabat, el mayor Sofian fue internacional sub 21 con la oranje mientras que Nordin lo hizo en categoría cadete. No son los únicos, la decisión del talentoso extremo del Ajax Hakim Ziyech también levantó ampollas, ya que tras haber cumplido todo su ciclo formativo con Holanda decidió jugar con la selección absoluta de Marruecos. El capitán Boussoufa y Karim El Ahmadi completan la relación futbolistas neerlandeses.

Casuística variada

Sin embargo, la política seguida por la federación marroquí de convocar a jugadores que habían jugado con otras selecciones sufrió un duro revés en el caso de Munir El Haddadi. El jugador babazorro había solicitado a la FIFA la posibilidad de ser citado por los Leones del Atlas para disputar el Mundial. Una demanda desestimada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) debido a que Munir disputó unos pocos minutos oficiales durante un encuentro oficial de la selección española en 2014. El propio Vicente del Bosque, el entrenador que le hizo debutar con el combinado hispano, había solicitado públicamente que Munir accediese a la posibilidad de estar en Rusia.

Sí que lo harán el lateral madridista Achraf, nacido y crecido en Getafe, y que siempre ha jugado con la selección marroquí. De hecho, durante la celebración de la última final de la Champions, se le pudo ver con una bandera de aquel país atada a la cintura. También estará el portero Munir Mohamedi, suplente del arrasatearra Aitor Fernández en el Numancia y titular con los Leones del Atlas, natural de Melilla y que hizo valer el origen de su familia para ser citado por el mítico Ezaki Badou en 2015. Posteriormente, Hervé Renard ha mantenido la confianza en él.

Uno de los casos más curiosos es el de Mehdi Carcela-González, nacido en la ciudad valona de Lieja, es hijo de un español y una marroquí. Talentoso centrocampista, pronto llamó la atención de la federación belga, tanto que incluso disputó dos partidos amistosos con los diablos rojos en categoría absoluta. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con Munir El Haddadi, la FIFA sí que permitió el cambio de camiseta. Nabil Dirar, por su parte, es el orgullo de Molenbeek, ya que pese a nacer en Marruecos, durante su adolescencia se trasladó a un barrio tristemente conocido durante los últimos años. Dirar ofrece un espejo en el que fijarse a muchos jóvenes que luchan contra el estigma, la falta de recursos, el abandono institucional y las redes de radicalización.

El delantero Aziz Bouhaddouz, que también nació en el país magrebí, durante su infancia emigró a la ciudad alemana de Hessen junto a su familia. Por su parte, Yassine Bono, guardameta del Girona, hizo el camino inverso. Natural de Quebec, sus padres regresaron a territorio marroquí durante los primeros años de vida del portero.

La relación podría haber sido más larga, ya que Zou Feddal se rompió el tendón de Aquiles cuando era uno de los fijos. Nacido en Tetuán –una ciudad que formó parte del protectorado español e incluso llegó a tener un equipo en Primera durante la temporada 1951-1952 con un escudo e indumentaria muy similar a la del Athletic– se trasladó a Catalunya durante su infancia y allí ha desarrollado gran parte de su trayectoria y habla el catalán con fluidez.

Asimismo, el seleccionador ha dejado fuera a El Hajjam, Chafik, Bammou, Mazouri, Labyad, Mahi y Ayoub. Los tres primeros cuentan con pasaporte francés, los otros cuatro proceden de Holanda. Mirando al futuro, el propio Hervé Renard se reunió con el andaluz Brahim Díaz, internacional sub 21 con España y que ha debutado con el primer equipo del Manchester City, con la intención de atraerlo a su equipo. De momento, ha recibido su negativa, pero la federación magrebí seguirá persistiendo en caso de que el jugador no consiga llegar a la absoluta. Es su forma de hacer valer la llamada de las raíces para unos talentos cultivados en Europa.