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El Ayuntamiento de Donostia y el cambio climático: mucha propaganda, poco compromiso


El Ayuntamiento de Donostia ha aprobado, «sobre la base del Acuerdo de París», el Plan de Acción Klima DSS 2050, que considera un paso «significativo» en el camino «por evitar una alteración climática con consecuencias inmanejables».

Con este motivo, el alcalde invitó a diversas personas y colectivos, entre ellos el nuestro, a acudir a un acto que tuvo lugar el 14 de junio, en Gladys Enea, donde se plantó un árbol «que permanezca como recuerdo del esfuerzo de la ciudadanía donostiarra por frenar el cambio climático».

Los árboles se consideran la mejor herramienta con que cuentan las ciudades para mitigar su aportación al efecto invernadero, aunque la verdad es que en Donostia se talan cada dos por tres y sin muchos remilgos.

En ese sentido, nos preguntamos: ¿el árbol que se plantó el día 14 es, quizá, un vástago de uno de los más de 18.000 que, según estimaciones periciales, se talaron para acondicionar el polígono de Eskuzaitzeta, en el que se está construyendo la incineradora? ¿La misma incineradora que, en caso de que llegue a funcionar, será, si no la principal, una de las principales instalaciones productoras de gases de efecto invernadero de Gipuzkoa? Y lo será, como lo es Zabalgarbi en Bizkaia, por mucho que intenten vestirla de «complejo medioambiental» o de lagarterana, y por mucho que le adosen, para pintarla de verde, el Centro de Cambio Climático.

En cuanto al «esfuerzo de la ciudadanía donostiarra» por frenar este fenómeno, no sabríamos decir si es mucho o es poco. Habrá ciudadanos y ciudadanas que lo intentan más y que lo intentan menos, en un ámbito u otro. Pero lo que sí podemos afirmar con plena certidumbre, porque los datos cantan, es que Donostia es el municipio de la Mancomunidad de San Marko que, con diferencia, tiene un menor índice de recogida selectiva de residuos domésticos. O sea, es el municipio que más alimenta la «necesidad» de esa incineradora que, si llega a funcionar, será una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero y, por tanto, de cambio climático. ¿Y por qué este bajo índice? Porque el Ayuntamiento se niega a implantar un sistema eficaz de recogida selectiva. ¿Estamos pensando en alguno en particular? No especialmente. El Ayuntamiento, sin salir siquiera de Gipuzkoa, tiene varios sistemas con múltiples variantes entre los que elegir. En realidad, eligiese el que eligiese, mejoraría sus resultados actuales, porque hoy es prácticamente el último de la cola.

«San Sebastián, mucha bandera y poco pan», se decía en otro tiempo para ilustrar la diferencia que existía entre la Donostia oficial y la real. Una versión actual adaptada a la lucha contra el cambio climático y, en concreto, al acto del día 14 sería: «Mucha propaganda, poco compromiso».