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POLÍTICA PENITENCIARIA

López de Abetxuko, en casa tras 31 años de cárcel y casi diez enfermo

En un momento en que se anuncian cambios, el caso de José Ramón López de Abetxuko, excarcelado ayer con la condena agotada, resume la crudeza de la política carcelaria aplicada hasta ahora: ha cumplido íntegramente la condena de 30 años (antes también estuvo preso) pese a llevar una década gravemente enfermo y tener ya 68 años.


Ataviado con una camiseta de apoyo a los presos enfermos salió del penal de Villabona (Asturias), a primera hora de la mañana de ayer, el gasteiztarra José Ramón López de Abetxuko. La vestimenta trasladaba un mensaje claro a quienes lo han mantenido entre rejas hasta el último día pese a sufrir diferentes enfermedades graves desde abril de 2009, hace casi una década. Detenido en 1989, a López de Abetxuko se le ha impuesto un cumplimiento íntegro de la condena de 30 años de cárcel y no solo se le ha denegado la petición de prisión atenuada en su domicilio sino también la de ser trasladado a Zaballa.

El Gobierno español asegura ahora que los presos enfermos graves y de edad avanzada serán los primeros acercados; López de Abetxuko cumplía los dos supuestos (va a cumplir 69 años), pero ha terminado su encarcelamiento en Asturias, donde estaba desde 2008. Tras una primera recepción de sus familiares en el exterior de la prisión asturiana, ayer por la tarde fue recibido calurosamente en Gasteiz por amigos y vecinos.

El excarcelado es uno de los presos gravemente enfermos incluidos en la lista pública de Jaiki Hadi. Este colectivo detalla que López de Abetxuko ingresó en el hospital en 2009 para el tratamiento de una bradicardia sintomática (ritmo de latidos demasiado lento). En agosto de 2011 debió volver a ser hospitalizado en Oviedo, permaneciendo allí 27 días. Se le practicó un cateterismo. En setiembre de 2014 le implantaron un marcapasos.

Pero las únicas afecciones que sufre el gasteiztarra no son las cardiacas; se le han diagnosticado igualmente adenoma de próstata, cervicoastrosis y coxastrosis bilateral.

A consecuencia de todo ello, entre otras demandas en 2014 pidió la prisión atenuada contemplada en el Reglamento Penitenciario, pero se le denegó, al igual que el traslado a Zaballa. Apeló por ello a los tribunales, pero la respuesta fue no.

Su periplo carcelario siempre se sitúa lejos de Euskal Herria. Estuvo en cárceles del Estado francés entre los años 1989 y 1993, luego en diversos penales madrileños, más tarde en Ciudad Real (de 2001 a 2008) y desde entonces en Asturias.

Jaiki Hadi destaca que pese a sus dolencias cardíacas y traumatológicas ha sufrido traslados entre no menos de quince cárceles «en condiciones muy precarias de conducción».

Alertan de la situación de las presas en Murcia II

La presa vasca Ainhoa García Montero ha denunciado recientemente ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias la precaria situación en la que se encuentra en el módulo de mujeres de la cárcel de Murcia II. La hernaniarra, que es la única presa vasca en esta prisión española, ha solicitado que se lleve a cabo una inspección sobre las condiciones en las que se encuentran las presas en el módulo 15 de Murcia. Fuentes jurídicas explican a GARA que se trata de un módulo donde se destina a presas a las que se les aplica el estatus de peligrosidad y que muchas de las presas sociales que se encuentran allí sufren enfermedades sicológicas. García Montero se encuentra en dicho módulo en aplicación del régimen de primer grado impuesto al 90% de los presos vascos.

En las últimas semanas se han producido diversos altercados por parte de algunas de las presas, motivo por el que García Montero fue trasladada a la enfermería con una crisis nerviosa. Los presos vascos destinados en Murcia también han alertado de la situación y varias presas sociales han presentado denuncias ante la inacción de la dirección de la prisión murciana.GARA