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Unai Rementeria y las pensiones públicas


El pasado jueves, el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, aprovechó la recepción de San Ignacio, para lanzar su propuesta de impulsar una EPSV de empleo en Bizkaia.

Es ya costumbre del señor diputado general la búsqueda de «un titular» en cada acto oficial. El año pasado fue el llamamiento al empresariado para que «subieran los sueldos». No surtió mucho efecto, porque la subida de salarios, cuando la ha habido, ha estado por debajo del IPC, con lo que trabajadoras y trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo.

Este año el titular ha sido la EPSV de empleo. Algo que no es casualidad. No olvidemos que, desde enero, todos los lunes, las y los pensionistas han llenado las calles de Bilbao y de numerosos pueblos de Bizkaia, reivindicando «pensiones públicas dignas». Y han señalado también que esa dignidad pasa por una pensión mínima de 1.080 euros.

El PNV intentó romper el movimiento de pensionistas con las enmiendas sobre pensiones que acordó con el Gobierno del PP en la negociación presupuestaria. Medidas como la subida de las pensiones este año y el siguiente en base al IPC o retrasar cuatro años la aplicación del factor de sostenibilidad no consiguieron la desmovilización de las y los pensionistas que siguen reivindicando la pensión mínima de 1.080 euros.

En el Parlamento Vasco, EH Bildu realizó una propuesta concreta para garantizar esa pensión mínima: que el Gobierno Vasco, de manera escalonada, en cuatro años, complementara las pensiones más bajas hasta llegar a los 1.080 euros. Una propuesta factible que fue rechazada porque el gobierno formado por PNV y PSE no tiene voluntad política para garantizar esa pensión mínima.

Y ahora, el PNV quiere «complementar» las pensiones públicas mediante una EPSV. Eso sí, nos dicen que no se trata de sustituir a las pensiones públicas. Una cosa es clara: esta propuesta pretende sustituir a la reivindicación de unas pensiones públicas dignas para todas y todos. Su punto de partida es que no se puede aumentar las pensiones públicas y, por tanto, la vía para mejorar estas pensiones es complementarlas con una pensión privada. La propuesta tiene trampa, porque más que mejorar el futuro de trabajadores y trabajadoras, a quien beneficiará sin duda será a las entidades financieras que gestionan las EPSV. Tiene trampa, porque el objetivo debería ser mejorar, dignificar, las pensiones públicas de todas y todos, y este objetivo se abandona.

Pero es que, además, ni la Diputación Foral de Bizkaia, ni el Gobierno Vasco, tienen competencias para crear una EPSV de empleo, es una cuestión que debe ser fruto de la negociación colectiva entre empresariado y representación sindical. ¿Cómo va a impulsar esta EPSV la Diputación? ¿Aumentando los beneficios fiscales, en especial a las empresas?

No importa que no haya competencias, al día siguiente los titulares de prensa recogían la propuesta de impulsar la EPSV de empleo, reforzando la idea de que las pensiones públicas están en riesgo. No olvidemos que lo que subyace en esta propuesta es difundir la idea de que el sistema público de pensiones es insostenible. No sé si se llegará a crear esta EPSV de empleo, pero, de momento, estamos ante un nuevo ataque a las pensiones públicas.

El señor Rementeria habló también de la necesidad de lograr más estabilidad en el empleo, de contratos más largos y en mejores condiciones. ¿Cuántas veces hemos planteado en Juntas Generales que la Diputación debe exigir a las empresas que gestionan servicios públicos que garanticen un incremento salarial y unas mejoras condiciones laborales a sus trabajadoras y trabajadores? Y la respuesta siempre ha sido que la Diputación no puede intervenir en el ámbito de la negociación colectiva. ¿Y en el caso de la EPSV de empleo, sí?

Si Unai Rementeria y el Gobierno Foral que dirige quieren impulsar el empleo digno, pueden empezar por exigirlo a las empresas que, mediante contrato con la Diputación, gestionan servicios públicos. En Bizkaia hay muchos trabajadores y trabajadoras que dependen de una empresa contratada por la Diputación. Algunas y algunos estuvieron en la recepción de San Ignacio, pero fuera. Sus reivindicaciones se oían desde el interior del edificio foral. Las trabajadoras de Garbialdi, empresa encargada de la limpieza de los diferentes edificios de la Diputación y trabajadores y trabajadoras de intervención social se unieron en la reivindicación de subida de salarios congelados durante años y mejores condiciones laborales o la exigencia de firmar un nuevo convenio. Estuvimos con ellas y ellos antes de entrar en la recepción, porque EH Bildu considera que la Diputación tiene mucho que decir de cara a garantizar condiciones laborales dignas a trabajadores y trabajadoras de esas empresas que gestionan servicios públicos que la Diputación renuncia a gestionar de manera directa. Pero estas reivindicaciones no merecieron ninguna mención del Diputado General de Bizkaia.