GARA Euskal Herriko egunkaria
CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA CARCELARIA

Arrozpide, libre por segunda vez tras casi 31 años siempre en primer grado

Santi Arrozpide volvió ayer a Lasarte y pasa a ser el segundo vasco que más tiempo ha estado preso en el posfranquismo: 30 años, ocho meses y 20 días, apenas dos semanas menos que José Mari Sagardui. Tres décadas cargadas de excepcionalidades: primer grado, alejamiento, condenas alargadas ilegalmente, imputaciones sobrevenidas...

.

En realidad, Arrozpide ya había vuelto a su casa de Lasarte en diciembre de 2014 (como ayer, vigilada por periodistas y cámaras). Ocurrió después de que la Audiencia Nacional asumiera la directriz europea que obliga a descontar condenas cumplidas en otros estados. Pero el Tribunal Supremo, instado por la Fiscalía a las órdenes del Gobierno del PP, cambió el criterio rápidamente y forzó su reenvío a prisión para estos tres años y medio más, engordados con dos condenas nuevas. Solo estuvo libre 45 días; hasta ayer eran los únicos que había pisado la calle desde el 30 de setiembre de 1987 en que fue detenido en Angelu como jefe militar de ETA.

Esa prórroga es solo una de las múltiples excepcionalidades aplicadas. Un dato: 2000, 2030, 2035, 2014, 2018... la fecha de excarcelación ha ido variando una y otra vez en función de maniobras como la imposición de la «doctrina Parot» –finalmente anulada por Europa– o la negativa a descontar los trece años cumplidos inicialmente en cárceles francesas. Y así se ha dado el caso de que pese a que el tope de cumplimiento de cárcel en el Estado español para los delitos cometidos en su época era de 30 años (en la pasada década se subió a 40), ha terminado superando ese tiempo.

Se convierte, de hecho, en el segundo preso vasco que más tiempo ha pasado entre rejas en el posfranquismo; apenas dos semanas menos que José Mari Sagardui Gatza, excarcelado en 2011 después de 30 años, nueve meses y tres días de cautiverio. Todo ello sin tener en cuenta que Arrozpide pasó por la cárcel también en el franquismo, debido a una militancia política que se remonta a los años 60.

Estos casi 31 años los ha pasado Arrozpide en prisiones casi siempre muy lejanas (en 2014 salió desde la alicantina de Villena y ayer desde Topas) y siempre en primer grado.

Pese a la evidencia de que un encarcelamiento de estas características no tiene parangón en el mundo occidental, ni por la duración ni por las condiciones impuestas, algunos medios españoles y asociaciones lo presentaron como leve. Para ello destacaron que Arrozpide tiene en torno a una docena de condenas por atentados de ETA que incluyen 40 víctimas mortales. Se le impusieron en condición de jefe de los comandos ilegales de ETA en los años 80. Antes, el Tribunal Correccional de París le había castigado por «asociación de malhechores».

Una de las voces más estridentes al respecto fue la del presidente de la AVT en Castilla y León Juan José Aliste, que dijo a Efe que el plazo de cárcel «es ridículo» y que hubiera preferido «que se pudriese en la cárcel».

Con familiares y amigos

Otras voces de víctimas de ETA y fuentes del Gobierno español destacaron por contra que la excarcelación se ajusta a la ley y pusieron el foco en evitar fotos de recibimientos públicos.

La excarcelación tuvo un perfil bajo: Santi Arrozpide fue recibido a las puertas de la cárcel de Topas por su mujer y otros dos allegados, y a su retorno a Lasarte comió con un grupo reducido de familiares y conocidos.

Pese a la insistencia de los periodistas, tanto a las puertas del penal salmantino como una vez en Lasarte, el excarcelado declinó realizar cualquier tipo de declaración. Ello abocó a algunos medios como la agencia Efe a hacer literatura interpretando sus gestos: «A la pregunta de si tenía algún mensaje que mandar a las víctimas, ha respondido con una mirada fija y dura», indicaba textualmente un teletipo de esta agencia.

Patrullas de la Ertzaintza se hicieron ver en Lasarte durante esas horas centrales del día y el Departamento de Seguridad de Lakua informó a la agencia Europa Press de que se había retirado al menos una pancarta que daba el ongi etorri a Arrozpide.

Retorna a casa con 70 años, lo que le convertía también en uno de los prisioneros más veteranos del Colectivo junto a Sebas Etxaniz (preso en Villabona-Asturias) y Joseba Arregi (en Villena-Alacant).

Según datos recogidos en ‘‘Kalerainfo’’, tras esta excarcelación no hay ahora presos vascos que superen los 30 años de cautiverio, aunque sí se acercan a esa cifra Frederic Haranboure y Jakes Parot en el Estado francés, o Unai Parot, Jose Jabier Zabaleta, Antton Troitiño y otros en las cárceles españolas.

 

4.000 lagunen bizitza arriskuan dela gogoratu du Etxeratek hondartzetan

Urtero bezala, aurten ere hondartzetara gerturatu beharra izan dute presoen senideek, beren egoeraren berri eman eta behingoz urruntzea bertan behera utz dezaten aldarrikatzeko. Hendaiatik Muskizera bitartean salatu dutenez, egun 4.000 lagun inguru dira espetxe politikaren «balizko biktima», espetxeetara bidaia luzeak egin behar dituztelako.

Naike Diez Etxerateko eledunak Donostiako Kontxan azaldu zuenez, «gure sufrimendua iraganeko kontua izatea nahiko genuke», baina oraindik astero pairatzen dute «eskubideen bortxaketa». Hendaian, Donostian, Zarautzen, Orion, Deban, Mutrikun, Ean, Bakion, Ondarroan, Lekeition, Mundakan, Lagan, Laidan, Muskizen eta Plentzian egin ziren elkarretaratzeak.R.S.

 

Erkoreka no duda de los acercamientos

El portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, aseguró ayer en entrevista a Europa Press que la sintonía con el Ejecutivo de Pedro Sánchez para el traslado o acercamiento de presos vascos a Euskal Herria «es completa» y espera que los movimientos se produzcan «tan pronto como sea posible».

Preguntado por si puede ocurrir este verano, una posibilidad que apuntó hace unos días el delegado del Gobierno español en la CAV, Jesús Loza, Erkoreka matizó que la decisión le corresponde tomarla al Gobierno del PSOE. «Nosotros estamos manteniendo una interlocución fluida y un intercambio de información francamente constructivo con el Gobierno central en esa materia», confirmó.

Tras señalar que ya se creó un área de trabajo específica en esta materia entre ambas administraciones, que trabaja «con discreción», insistió en que hay una «sintonía completa» para abordar «una política penitenciaria más abierta, flexible y acorde con los requerimientos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos».

«Nosotros sí esperamos que esas decisiones se tomen tan pronto como sea posible y, si va a ser en verano, perfecto», apostilló. Ve al PSOE en esa clave desde la era de José Luis Rodríguez Zapatero: «En esa época se empezaron a ensayar unas estrategias penitenciarias bien planteadas, adecuadas a los tiempos, inteligentes, que contribuían a estimular y a fomentar la división y el fin de ETA, y al mismo tiempo a hacer posible una distensión social en Euskadi, pero eso todo se truncó con la llegada del PP al Gobierno», lamentó Erkoreka.

 

Casado recula ante las víctimas en Gasteiz

El presidente del PP, Pablo Casado, repitió ayer en Gasteiz el paseíllo festivo que ya se dio en Iruñea en sanfermines. En declaraciones realizadas teniendo como fondo las protestas de quienes le tildaban de «terrorista» o «corrupto», insistió en la falacia de que los acercamientos a los que ha abierto la puerta el Gobierno español suponen «beneficios» y llegó a decir que «no ha habido abusos policiales». Pero Casado también tuvo que responder a las críticas de alguna víctima de ETA (como la hija de Juan Mari Jáuregui y Maixabel Lasa), que ha reprochado al PP el nuevo intento de utilizarles: «El PP no habla en nombre de las víctimas de ETA –dijo Casado tras lo afirmado anteayer por Javier Maroto–. Les tenemos máximo respeto».