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Docenas de muertos al derrumbarse un viaducto en la ciudad de Génova

Al menos 35 personas, entre ellas un niño, murieron ayer a causa del derrumbe parcial de un viaducto atravesado por una autopista a las afueras de la ciudad italiana de Génova. El fiscal-jefe de Génova, Francesco Cozzi, iniciará una investigación por «homicidio múltiple y desastre culposo» para depurar responsabilidades por el trágico suceso.


El suceso ocurrió en torno al mediodía, cuando un tramo del puente Morandi, de un kilómetro de longitud y una altura de 90 metros, se vino abajo, sepultando bajo los escombros a varios vehículos.

Inicialmente se apuntó a las fuertes lluvias como la causa del incidente, aunque poco después la compañía encargada de la gestión y manutención de la autopista, Autoestrade per l'Italia, filial de Atlantia, informó en un comunicado de que estaba trabajando para asegurar el pavimento del viaducto. La concesionaria subrayó que «tal y como estaba previsto, se había instalado un puente grúa para permitir el desarrollo de actividades de mantenimiento» y que «los trabajos y el estado del puente estaban sujetos a la constante observación» por parte de las autoridades locales.

Se inició entonces un debate en el país sobre el estado de las carreteras y el Gobierno aseguró que exigirá responsabilidades.

La prioridad era ayer sacar a las personas que aún pudieran estar vivas y atrapadas bajo los escombros. Por eso en el área se encontraban unos 1.000 agentes, entre Policía estatal, municipal, bomberos, Protección Civil y personal sanitario. Actuaban a contrarreloj para limpiar la zona. Los esfuerzos «continuarán hasta que exista la certeza de que no queda nadie más», confirmó D'Angelo.

El jefe de los Bomberos, Bruno Frattasi, manifestó que «las operaciones están siendo complicadas», pero garantizó que las labores de búsqueda de posibles supervivientes continuarán.

En la zona fueron atendidas las familias de las víctimas, que recibieron asistencia sicológica, detalló el coordinador del Departamento de Emergencias, Angelo Gratarola.

Las causas del derrumbe aún se desconocen. Serán esclarecidas en una investigación que la Fiscalía de Génova iba a abrir «en las próximas horas», según dijo el fiscal Francesco Cozzi.

La hipótesis del rayo

En un artículo publicado en 2016 en la plataforma ingegneri.info, el ingeniero italiano Antonio Brenchich, profesor asociado de Construcción en la Universidad de Génova, alertaba sobre los problemas estructurales de la infraestructura, en particular sobre la degradación del hormigón. «Los continuos costes de su mantenimiento hacen prever que en pocos años este coste superará los de reconstrucción del puente: entonces será el momento de demolerlo y reconstruirlo», auguró hace dos años.

El tramo de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros se vino abajo cuando una violenta tromba de agua azotaba la zona. La región de Liguria estaba en alerta por tormentas desde la noche anterior. «Un rayo cayó sobre el pilón y todo empezó a ceder», relató una familia que presenció el derrumbe al diario “Repubblica”.

«Un puente no puede derrumbarse por un rayo», dijo Brenchich en declaraciones a Radio Capital, reafirmando su análisis de hace dos años: «El puente de Morandi estaba en constante mantenimiento: se veía afectado por problemas de deterioro muy graves relacionados con la tecnología utilizada, patentada por el mismo Morandi y que resultó ser un fracaso».

De momento, el Gobierno italiano, formado por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, ha señalado que trabajará para que los culpables asuman responsabilidades. «Como italiano haré todo lo que esté en mi mano para tener nombres y apellidos de los responsables pasados y presentes porque es inaceptable que en Italia se muera así», dijo el titular de Interior, Matteo Salvini.

Como el de Brooklyn

También el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, se expresó en el mismo sentido. Manifestó que «todos los responsables pagarán» y reiteró que quien gestionaba la manutención de esa autopista es Austostrade per l'Italia.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se trasladó a Génova para visitar la zona de siniestro y reunirse con las autoridades locales en la sede de la Delegación del Gobierno. Hoy está previsto que también se reúnan en Génova el líder del M5S y ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, el líder de la Liga y ministro de Interior, Matteo Salvini, y el resto del Ejecutivo para valorar la situación y decidir qué medidas tomar.

Construido entre 1963 y 1967, con una estructura vagamente parecida a la del puente de Brooklyn, el viaducto recibía todo el tráfico que venía del oeste de Liguria a Génova y conectaba la ciudad con el aeropuerto en dirección a la frontera con Francia. «Cuando fue construido, no lo fue para soportar el tráfico de vehículos tan pesados», señala el ex concejal Gianni Vassallo del Partido Demócrata en una entrevista telefónica.