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KOLABORAZIOA

Por una ciudad y una política sentipensante


Sentipensante es el término inventado por los pescadores de la costa colombiana para definir aquellos y aquellas que piensan y sienten a la vez, para definir el lenguaje que nace de la verdad individual.

Y contrasta esta forma de hacer con los tiempos políticos que nos están tocando vivir, con una política que ha dejado de sentir y pensar. Un tiempo de política calculada, inmediata, incluso estética y virtual, que ha elegido renunciar a la autenticidad, al lenguaje interior.

Y nada de lo que ha ocurrido en estos últimos 8 años en nuestro municipio se puede entender si no se hubieran aliado el pensar y el sentir en nuestra acción, si nuestra forma de hacer no hubiera estado guiada por esa combinación de pensar y sentir. Porque en cada acto, en cada acción o en cada proyecto hemos pensado mientras sentíamos y hemos sentido mientras pensábamos.

Hemos sentido, hemos vivido, e incluso nos ha transformado la diversidad de las vidas que habitan nuestro pueblo. Porque así es nuestro pueblo, un espacio de vidas, diversas, que no abrazan una única cultura ni una única forma de vivir. Algunas que nacieron en nuestro municipio, esas otras que hace muchos años que llegaron, y las que recientemente se han acercado. Todas ellas conviven en una ciudad que no es físicamente simétrica, cuyos barrios son diversos, pero que quieren vivir en comunidad. Por eso la necesidad de cercanía con esos barrios, acercarlos entre sí, la necesidad de descentralizar los servicios para que lleguen a todas esas vidas, la importancia y la necesidad de impulsar una nueva cultura de culturas, la cultura que siente, la cultura que comparte, y la cultura que continuamente reconstruye una nueva ciudad que convive. Porque dentro de lo físico, de las calles, de los edificios, transitan vidas que transforman, que sienten, que piensan y que crean.

Pero esas vidas, ante todo y sobre todo, han de tener las condiciones para vivir en dignidad. Y para eso también hay que sentir. Hay que sentir la exclusión o el riesgo de exclusión como si fuera propio, para poder pensar y actuar desde la solidaridad, desde el compromiso hacia lo que nos rodea.

Esta es la política en la que creemos y es la política que queremos seguir construyendo. La política que siente y que piensa. Y solo hay una manera de sentir y pensar al mismo tiempo, y es escuchando. Y para escuchar, hay que estar, estar con las personas, estar en los barrios, y sin duda, seguiremos haciéndolo.

En esta campaña electoral nos jugamos mucho. Y es que toca elegir entre la política que ha hecho sentir, vivir y compartir, y la política calculada, la inmediata, la virtual. El 26 de mayo toca elegir entre seguir construyendo camino hacia una nueva comunidad, un nuevo sentido de la política, o volver a lo que ya existía en el pasado.

En definitiva, elegir entre seguir construyendo futuro, o volver al pasado. Hay demasiado en juego. Sigamos construyendo una ciudad y una política sentipensante.