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A VISTA DE CATALEJO

Bandera corsaria en Pintxo Town . ASTE NAGUSIA


No debían estar viendo ETB1 los dos militrontxos que se asomaron una hora antes del cohete pirata a La Flamenka. O sí. Y es que justo reprogramaban aquella épica tarde en que Kortabarria e Iribar sacaron la ikurriña ilegal en Atotxa cuando al otro lado del Urumea, en pleno puerto, en la Comandancia de Marina, no tenían mejor idea que plantar sus piperpotos delante del escenario de los conciertos piratas. A la del mástil le han sumado otra que ocupa la balconada. Menos lobos, Caperucitos, que a aquellos titanes del 75 no les llegáis a la suela del zapato.

Pues eso. Ya que este año La Flamenka ha tenido que cambiar la ubicación del escenario y les va a machacar los tímpanos cada noche a los soldaditos marineros, a algún lumbreras de uniforme se le ha ocurrido que la venganza se servía en rojo y amarillo. Tira, no provoca quien quiere, sino quien puede.

Matti arribó navegando bajo bandera vasca, que quede claro. Pero, egiari zor, a Donosti estos días no la conoce ni la amatxo que la parió. Hay bares en la Parte Vieja que no saben a qué enseña obedecen ni quién los patronea, si es que hay alguien al timón. Cuidado con pescar con pelágica, lagunok, que se acaban esquilmando los mares. «This is Pintxo Town», les decía un guía en la Consti a quien se adentraban en la zona. No me jodas.

Al menos sonó el «Txuri urdin» en la vecina Alderdi Eder y hasta se ondeó la ikurriña en la posterior «Holi Fest», una de estas novedades chupiguais con la que el Ayuntamiento intenta calentar a la clase media donostiarra en el cañonazo. Pues mirad tíos, si no lo consiguieron los cuatro franceses que se habían puesto finos a whiskys entre el Dickens y el Museo, y acabaron abriéndose de allí con un bostezo, dáos por vencidos de una vez. O convencéos de que con un pack básico de txaranga y cerveza tampoco se pasa la fiesta tal mal.

P.D: Algo sabía de todo esto Albisu, pirata galanta. Jaia abiatu aurretik joan zara, eta marmitakoa egin gabe!, baina gogoan izango haugu. Agur eta ohore, Jonpa!