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Masivo seguimiento de la huelga general en Chile


Miles de chilenos clamaron ayer de nuevo por el blindaje constitucional y la mejora de derechos básicos, como educación, sanidad o pensiones, en una huelga general secundada de forma masiva en todo el país.

El paro fue convocado por la plataforma Unidad Social, integrada por organizaciones sindicales, estudiantiles y sociales, después de más de tres semanas de protestas para exigir el fin de la desigualdad y del modelo neoliberal implantado en la dictadura de Augusto Pinochet.

La multitudinaria marcha en la capital del país partió de la Plaza Italia, epicentro del estallido social, y acabó en el centro histórico de la ciudad, cerca de Palacio de La Moneda, la sede presidencial.

Aprobada en 1980 en un cuestionado referéndum y bajo el Gobierno de Pinochet, la Constitución chilena es concebida como el origen de la gran desigualdad que afecta al país, ya que favoreció la privatización de sectores esenciales como la salud, la educación o las pensiones. En un nuevo intento por aplacar la crisis social, el presidente, Sebastián Piñera, se abrió el domingo a iniciar un proceso constituyente, pero el Gobierno ha atribuido la elaboración de la nueva Constitución al actual Congreso y no a una asamblea constituyente como se pide en las movilizaciones.

Aunque asegura que contará «con una amplia participación ciudadana», aún no ha definido de qué forma darán un papel activo a la población.

Las marchas se replicaron ayer desde la mañana desde la norteña localidad de Iquique hasta la austral Punta Arenas.

El centro de Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de la capital y una de las principales ciudades del país, también fue transitado por miles de personas, así como las principales avenidas de las costeras Valparaíso y Viña del Mar, donde la formación de barricadas interrumpió el tráfico en varios puntos.

La jornada de huelga fue precedida por otra movilización el lunes de gremios estudiantiles, docentes, sanitarios y ciudadanos en general para exigir una educación pública gratuita, mejoras en el sistema de salud o reformas en el sistema de pensiones . Así, docentes y estudiantes exigieron que la educación deje de ser un bien de consumo y se convierta en un servicio gratuito y de calidad.

El Colegio de Profesores comenzó el lunes un paro nacional que encadenó con la huelga general de ayer para exigir mejores condiciones laborales, y que la nueva Constitución binde la educación como un derecho fundamental.

Igualmente, centenares de sanitarios y enfermeros mostraron su rechazo a las propuestas del Gobierno porque no incluyen ninguna de las peticiones del sector, como el alza del 6% del PIB en gasto público en materia sanitaria.

Las protestas del lunes acabaron con la intervención de la Policía con gases lacrimógenos, el uso de vehículos lanza agua y disparos de perdigones y pelotas de goma para disolver a la multitud.

Balines de acero

Tras 26 días de movilizaciones, la represión ha dejado 20 muertos y miles de heridos y detenidos, además de denuncias por abusos policiales y torturas.

El Gobierno negó el uso de «balines de acero» en la represión de manifestantes y asegura que ese tipo de munición no se encuentra en poder de sus fuerzas de seguridad. Sí confirmó el uso de «perdigones de goma» pero «solo contra manifestantes violentos». Negó asimismo el uso de balines combinados de goma y acero, y atribuyó muchos de los heridos a que los propios manifestantes las hubieran empleado.