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ÓSCAR UGARTECHE GALARZA
EXPERTO EN EL PAPEL DE CHINA EN LA COYUNTURA ECONÓMICA GLOBAL

«China ha elegido Latinoamérica para cambiar la matriz energética»

Óscar Ugarteche Galarza (Lima, 1949), es economista en la UNAM de México. Escritor e investigador de larga trayectoria y extenso currículum, desbroza el papel de China en la economía-mundo y, en concreto, en el continente latinoamericano.


Oscar Ugarteche Galarza ha aprovechado su reciente estancia en Euskal Herria –de la mano del Observatorio de Multinacionales en América Latina y de la Asociación Paz con Dignidad (Bakea eta Duintasuna Elkartea)– para bucear en los evidentes orígenes de sus ancestros: Erandio para los Ugartetxe y Aretxabaleta para los Galarza.

Usted sostiene que China lidera el cambio energético.

El Gobierno chino introdujo en 2012-2014 un conjunto de leyes para sustituir las termoeléctricas y el petróleo por energías limpias y renovables.

Sin obviar su apuesta nuclear –tiene ya 19 reactores y esta construyendo otros 19–; en cuanto a las renovables, impulsa la energía solar. Su plan es llenar China de parques solares como el que tiene en Macao, de 28 kilómetros cuadrados. Además, fabrica y exporta paneles solares, que cuestan 42 dólares menos que los americanos. La guerra comercial comenzó con aranceles a esos paneles solares.

No acaba ahí el esfuerzo chino.

Siguiendo con la energía solar, China produce el grueso de las lámparas con células fotovoltáicas en el mundo, que pronto cubrirán la iluminación pública y la de autopistas y carreteras. Pero no podemos olvidar la fabricación de las baterías de litio.

Indispensables hoy para la industria automotriz eléctrica.

Hay una empresa china que, con tecnología asociada con Alemania, fabrica todas las baterías de litio en el mundo. 2,5 de los 3,5 millones de autos eléctricos están en China. En las grandes ciudades latinoamericanas circulan buses eléctricos chinos. China ha sacado el avión CM19, un prototipo idéntico al A320 y al Boeing 737. La diferencia es que este no puede volar y el CM19 cuesta la mitad del Airbus. Su plan es ponerle motores eléctricos e inaugurar una nueva industria aérea. Es la jugada. Motores eléctricos para buques... Eso cambiará el mundo.

¿De cuantos años hablamos?

¿Cinco? Cuando se introdujo el motor de combustión o de gasolina, en 1908, los coches a caballo desaparecieron antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial. Cuando se introdujo la luz eléctrica, las lámparas de gas desaparecieron de las calles en muy poquitos años… La velocidad del cambio tecnológico es vertiginosa. Siempre que tengas el dinero para hacerlo, claro.

Y China lo tiene...

Por supuesto. Y está cambiando la matriz energética, pero lo está haciendo en América Latina.

¿Por qué en América Latina?

Porque son economías con ingreso medio. Tienen capacidad de compra.

¿Qué está haciendo concretamente en Latinoamérica?

Tienen un proyecto gigantesco en el estado de Jujuy, en el norte de Argentina, que consiste en la instalación de un millón de paneles solares en 800 hectáreas. El objetivo principal es dar electricidad a la mina de litio del salar de Uyuni, que está al otro lado de la frontera, en Bolivia.

El acuerdo de Evo Morales con un conglomerado chino-alemán era que las baterías de litio se fabricarían en Bolivia. Yo creo que los acontecimientos en Bolivia precisamente tienen que ver con eso, no con las elecciones. Morales está (la entrevista se realizó un día antes del golpe de Estado en Bolivia) muy asociado a China en estos proyectos de cambio tecnológico.

¿Qué hace EEUU, además de laminar al Gobierno boliviano?

En el ámbito mundial, EEUU se retira del acuerdo de París y persiste en la exportación de gasolina refinada y coches de gasolina, con lo cual, evidentemente, el liderazgo chino va rumbo a consolidarse.

China ya está dejando de importar petróleo por esa sustitución pero ahoritita dejará de importar gasolina refinada.

Esa es parte de la explicación de las tensiones de esta guerra comercial, porque ese cambio en la matriz energética está impactando adversamente en la economía americana.

¿Solo el cambio energético?

EEUU puede perder el liderazgo no ya en automóviles, en generación eléctrica, en comunicaciones, en celulares, en el 5-G... De ahí que quiera quebrar a Huawuei, a los fabricantes de paneles solares... Lo que no sé es si va a poder, porque todo apunta a que, si no a un proceso de transición hegemónica, asistimos como mínimo a un proceso de hegemonía compartida.

La guerra comercial de Trump, ¿no tiene algo de farol?

No lo creo. Las treguas las utiliza Trump para dar un paso atrás y tomar impulso. La actual coincide casualmente con las compras en EEUU de productos navideños, mayormente chinos.

Ahora bien, es verdad que cada vez que le impone a China un arancel, Pekín hace una pequeña finta y el que pierde es EEUU. Le dejó de comprar soja y le creó un problema mayúsculo.

Eso refleja una reprimarización de la economía estadounidense, que se basa cada vez más en exportar gasolina, soja... EEUU tiene un viejo problema de productividad que no ha resuelto al renunciar al cambio tecnológico. Y eso se nota en el descenso progresivo de sus actuales tasas de crecimiento.

Y, ante eso, ¿qué hace Washington en América Latina?

Generar conflictos porque EEUU siempre ha sido muy celoso de su «patio trasero». Pero también tiene sus cartas, y tiene agarrados a México y a la Cuenca del Caribe, que incluye a Venezuela, Colombia e incluso a Ecuador. Todos estos países son exportadores de petróleo y el 80% de su comercio es con EEUU. No tienen libertad para definir políticas distintas frente a Washington. Pero China también ha logrado una excepción.

¿Cuál es?

La compra por China de 13.500 hectáreas en la costa de El Salvador para construir un área de procesamiento de condensadores para microchips. Eso va a colocar los condensadores chinos en EEUU en virtud de los tratados de libre comercio con Centroamérica. El proyecto chino es consolidar a El Salvador como la plataforma para llegar a EEUU después de las barreras arancelarias, como ocurrió con Japón en los ochenta.

¿Qué pasó con Japón?

EEUU hizo lo mismo que lo que está haciendo con China. Japón respondió entrando en EEUU. Compraron Hollywood, Sonny se compró toda la industria del sonido para hacer películas. Luego llegaron Toyota y Honda, que debilitaron su sector automovilístico poniendo sus plantas en EEUU, aunque luego las llevaron a México.

Una pica china en Flandes...

China tiene en un lugar preferente en América Latina. Es el principal inversor, el primer acreedor, y tiene la dinámica comercial más rápida con el continente. Desafortunadamente América Latina sigue con la misma división internacional del trabajo, seguimos exportando materias primas e importando productos terminados. No ha cambiado la forma de relación. Ha cambiado con quién nos relacionamos

¿La creciente presencia china en el continente puede generar servidumbres?

También. La cuestión es cómo te relacionas. Lo que sabemos es que llegan, ofrecen dinero, compran minas, compran petróleo, Recién se han comprado toda una compañía distribuidora de electricidad en Brasil. Es obvio que eso tiene consecuencias en la relación Brasil-China.

Ahora bien. los chinos, a diferencia de los americanos, no parecen estar incidiendo en influir en la vida política de esos países. China parecería que está haciendo negocios y reafirmando sus intereses dónde y de la manera que quiere. Hace acuerdos con bancos centrales, de inversión energética, de importación de granos y de cobre...

¿Pero la no injerencia no es otra manera de hacer política? Pekín no tiene ningún problema en hacer negocios con un cristofascista como Bolsonaro.

Cierto, y en ese sentido, no ha habido hasta hoy ninguna reacción ante la presencia china.

 

«Me temo que si vamos a un giro a la izquierda en el continente será a media velocidad»

Un repaso país a país con Ugarteche tiene que empezar por México, donde vive, trabaja y participa en la lucha de diversos movimientos sociales.

«México está atrapado por el Gran Hermano y por el narcotráfico. No creo que sea un Estado fallido pero puede llegar a serlo si no arreglan las cosas pronto». El economista reconoce la necesidad del Gobierno de la Cuarta Transformación, liderado por AMLO desde hace un año, pero no elude criticarlo por haberse «inducido una recesión al contraer la inversión pública en un 14%. Y todo eso en vísperas de una recesión mundial».

Respecto a Chile, recuerda que, al exigir una Asamblea Constituyente y otra Constitución, lo que se pide es la vuelta del Estado de Bienestar. «Al margen de que se vaya o no Piñera y de quién venga, si Chile deja atrás la Constitución no intervencionista y pinochetista de 1980 no es poco».

La reciente revuelta en Ecuador es «una protesta contra un presidente que les hizo trampa. No más les subieron 5 céntimos los boletos del bus salieron a la calle a denunciar la traición». Ugarteche insiste en que Lenín Moreno es «detestado» pero concede que la Conaie, que lideró las protestas, tampoco quiere a Correa. «Ecuador está complicado».

Sobre Bolivia, el profesor insiste en vincular lo que se convirtió en golpe de Estado con el factor chino pero reconoce que la tesis del miedo electoral de Morales a perder en segunda vuelta está ahí.

Dicho esto, «en los 40 años que viajo a Bolivia no he visto los niveles de prosperidad y de mejora de la dignidad humana de este último decenio. Entiendo que Morales insistiera en volver a presentarse, pero –matiza– no me gusta la idea de un presidente reelegido permanentemente (...) La pena es que no haya sustitutos», reconoce. Tampoco ve a Maduro como sustituto de Chávez y lamenta que «líderes tan importantes no hayan podido formar una escuela política».

Tampoco cree que Alberto Fernández vaya a ser sustituto de los Kirchner y recuerda que Mújica «no lo tuvo en Uruguay, donde (hoy mismo) puede ganar la derecha».

De vuelta a Argentina, Ugarteche recuerda que el país lleva 100 años atrapado en un debate crónico entre industrialistas y exportadores y entrampado por un FMI que, a cada crisis de decenio, le obliga a desprenderse de una rama productiva.

Más allá de Nicaragua –«un desastre, otro Somoza pero con peluca»–, y el Perú que le vio nacer –«vive un proceso de reinstitucionalización»–, concluye que «lamentablemente, no creo que veamos una reedición del cambio de 2005. Será a media velocidad. D.L.