2019 ABEN. 23 JOPUNTUA Evangelio y kalimotxo Anjel Ordoñez Periodista Para quien todavía no lo sepa, Villa Navidad fue la primera población establecida por Colón en el Nuevo Mundo, concretamente en la isla que los «conquistadores» llamaron La Española. En realidad, el territorio ya tenía nombre, Quisqueya, pero entre poco y nada importó eso a Colón, para quien, por cierto, arribar a las costas del Caribe fue una gran sorpresa: él esperaba llegar a las Indias. Sin embargo, la mayor sorpresa se la llevaron los indígenas, que descubrieron en poco tiempo y en toda su crudeza, la peor cara de la «civilización» occidental. Salvando las distancias, la historia está jalonada de descubridores y/o inventores accidentales como Colón. Sir Alexander Fleming se encontró con la penicilina por casualidad, cuando en realidad buscaba una droga mágica. En 1951, el ingeniero John Hopps trabajaba en una investigación para tratar la hipotermia usando la calefacción de frecuencia de radio y terminó inventado el marcapasos. Albert Hofmann se topó con el LSD en 1938, en un viaje inolvidable que se inició al ingerirlo por accidente cuando estudiaba los derivados del ácido lisérgico. En agosto de 1972, en plenas fiestas del Puerto Viejo de Algorta, la comparsa Antzarrak se encontró con que la partida de vino que había comprado para los festejos estaba en mal estado. Un brillante instante de lucidez les llevó a añadir coca-cola a los dos mil litros de vino picado para que naciera el kalimotxo. Me parece que me estoy dejando llevar. Yo lo que realmente quería decir es que los de Podemos se muestran convencidos de haber inventado la oposición política en Euskal Herria y lo único que han hecho, como Colón con América, es «descubrirla». Les parece algo tan extraordinario, que lamentan, entre atónitos y cabreados, que los demás no lo hayan visto antes. Y se lo echan en cara, oye. Me refiero hoy al caso «De Miguel», en el que han reclamado al resto de la oposición autocrítica por no haber sido lo suficientemente críticos con el poder jelkide y se postulan como valedores de la oposición verdadera, la que ellos dicen haber liderado en el caso de las OPE fraudulentas de Osakidetza. Me siento, mutatis mutandis, como un indígena a punto de ser evangelizado. Los de Podemos se muestran convencidos de haber inventado la oposición política en Euskal Herria y lo único que han hecho, como Colón con América, es «descubrirla»