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Fuerzas soberanistas denuncian el giro recentralizador y la militarización


Los diputados Mertxe Aizpurua (EH Bildu), Marta Rosique (Esquerra Republicana), Albert Botran (CUP), Laura Borràs (Junts per Catalunya) y Néstor Rego (Bloque Nacionalista Galego) participaron ayer de un debate telemático organizado por la Fundación Galiza Sempre en el que denunciaron la estrategia «recentralizadora» del Gobierno central durante la crisis del coronavirus y una gestión que ven «ineficaz».

Los representantes de las cinco fuerzas independentistas mostraron más coincidencias que diferencias, especialmente en el reclamo al Estado para que devuelva las competencias perdidas por la excepcionalidad del estado de alarma y en el apoyo a una renta básica universal y medidas sociales más ambiciosas para contener la crisis socioeconómica derivada del confinamiento.

Aizpurua: «Con un decreto»

La primera en hablar fue Aizpurua, quien calificó de «curioso cómo desde el principio la idea-fuerza que mantienen permanentemente en Madrid es la unidad de acción» y así desde el Estado «se diluyen las reivindicaciones» soberanistas. Además, dijo que su formación está en una cierta «disyuntiva» porque participa de la Comisión de Reconstrucción del Congreso cuando no le interesa «reconstruir España así como está», pero sí defender los derechos sociales de todas las personas y sobre todo las más precarizadas.

Para la portavoz de EH Bildu en el Congreso es preocupante que «con un solo decreto, aunque sea en un estado de emergencia, se hayan anulado las competencias». Y llamó a «tejer alianzas con otras fuerzas de naciones sin Estado en Europa» para impulsar que «jurídicamente no haya un doble estándar en el que se permitan diferentes derechos a nivel europeo y que por ejemplo en Escocia se pueda acceder al derecho a decidir y en Euskal Herria, Catalunya y Galiza no».

Rosique: «Régimen del 78»

Luego, Rosique lamentó que ante la crisis «la respuesta del Estado haya tendido a centralizar, a militarizar y a tomar una actitud autoritaria, viéndose así la esencia del Régimen del 78». La diputada de ERC reprochó que en plena pandemia «se incremente el presupuesto en Defensa, comprando vehículos blindados», a la vez que criticó la «gestión tardía y descoordinada» del Gobierno Sánchez.

«Pedimos que, si quieren estado de alarma, devuelvan las competencias y aseguren el permiso retribuido a las familias, que es algo que prometieron, además del uso del superávit de los ayuntamientos, y recuperar la mesa de diálogo. La pandemia no hace que deje de existir el conflicto político», enfatizó Marta Rosique.

Botran: «Oligarquía»

Por su parte, desde la CUP Botran opinó que la pandemia exhibe «la contradicción del sistema capitalista» y las políticas de desindustrialización «que vienen hace décadas», además de reflejar «el peso que tiene la oligarquía en las decisiones que se toman en salud, en una sanidad privatizada. Ahora se nota el problema que eso conlleva».

«La ilusión del Estado más descentralizado del mundo, con el que a veces se presentan para combatir al independentismo, desaparece a golpe de decreto, y ve a pedirles tú explicaciones», subrayó el diputado cupaire, a la vez que expresaba su molestia con los «abusos policiales»: «No son cuestiones anecdóticas y no es anecdótico que no merezcan ninguna aclaración ni posicionamiento del Ministerio de Interior».

Borràs: «‘Ordeno y mando’»

En tanto, Borràs (JxCat) recordó que «la reclamación independentista no solo no caduca y fundamenta todas las acciones políticas, sino que en tiempos de pandemia es más necesaria que nunca». Reprochó igualmente la retórica «de la unidad como paraguas, como si fuera una varita mágica», a pesar de que el Estado «ha respondido siempre con el ‘vuelva usted mañana’ y con el ‘ordeno y mando’, pulverizando desde el minuto cero el Estado de las Autonomías. Creen tan poco en él que en cuanto pueden, lo suspenden», remarcó.

También dijo que el Estado tendrá «el récord de gestionar la crisis actual del mismo modo que en 1918 gestionó la gripe española», cuestionó que en los hechos se haya aplicado un artículo 155 «por la vía sanitaria» y apuntó contra el nacionalismo español, del que dijo que «como es hegemónico, se hace llamar patriota, penalizando la denominación de nacionalista en otras identidades».

Rego: «Propaganda»

En su turno, Rego aseguró que el BNG ha buscado mantener «la colaboración a pesar de las decisiones políticas que no nos gustaban» apoyando el estado de alarma, pero añadiendo el matiz de que «esa colaboración no podía ser muda ni acrítica». Y aquí apuntó que, a pesar de la «muchísima propaganda» se ha acabado «evidenciando la incapacidad del Estado para resolver problemas, porque es una barbaridad que el Ministerio de Sanidad centralice el mando cuando no tiene experiencia en la gestión de ningún sistema, salvo de dos hospitales de Ceuta y Melilla».

«Desde el punto de vista práctico, la recentralización ha sido un fracaso», subrayó el diputado gallego, aseverando que el BNG no quiere «ir a una nueva normalidad, porque esa normalidad es dependencia, expolio de recursos y sangría de emigración». También pidió que no ocurra lo mismo que en la crisis anterior; «que no la paguen los trabajadores».

Renta básica, sí pero...

En cuanto a la renta básica que analiza aprobar el Gobierno de coalición, todos expresaron estar de acuerdo, aunque con matices: Mertxe Aizpurua recordó que eso «ya existe en la CAV y Navarra y es para unidades familiares», y consideró que el Gobierno Sánchez debe plantearlo como algo separado y permanente. Por su parte, Alberto Botran sostuvo que en Catalunya una renta mínima «se instauró y las entidades impulsoras no quedaron satisfechas por la burocracia que implicó y los requisitos», tras lo que pidió que sea totalmente universal.

Algo similar manifestaron Rosique y Borràs, mientras que Rego pidió quitar «recursos de Defensa» para financiar el ingreso mínimo.