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JOPUNTUA

I amb el somriure la revolta


Lleva por título la canción de Lluis Llach. Así el pasado miércoles durante la última sesión parlamentaria, la sonrisa de Mertxe Aizpurua, tras la respuesta de Pedro Sánchez implicando la ratificación del acuerdo para acabar con la reforma laboral del PP en beneficio de la patronal, presagiaba la revuelta. En este caso la reacción. Bastó que el presidente de la CEOE Antonio Garamendi calificara el acuerdo como un «dislate» que nos llevará al caos para que el coro de palmeros comenzara la rumba. «Roto el diálogo social» sentenciaba Don aspavientos de la Sexta alertando que los agentes sociales rechazaban de plano el acuerdo con EH Bildu para, a continuación, dar paso a la declaración de la CEOE (uno de los agentes sociales según Ferreras). «Este pacto supone un desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita» anunciando su abandono de la mesa de diálogo. Son más de monólogo. Los otros agentes sociales a juicio del indignado periodista, CCOO y UGT, un poco en órsay, donde aquel apreciaba «rechazo» el espectador observaba demanda de protagonismo.

Los editoriales de prensa, radio y televisión, la voz de sus amos, a la defensa de los privilegios de estos. Propaganda como información.

Parte del Gobierno se apresura a tranquilizar a los amos. La locuaz ministra Montero declara: «Yo conozco personalmente el sentido de Estado que tiene el Sr. Garamendi. El Sr. Garamendi no es un patriota de boquilla, el Sr. Garamendi antepone siempre los intereses de España a cualquier otra cuestión». Claro que sí, María Jesús, el tres veces Señor no tiene la culpa de que los intereses empresariales sean, siempre y en todo momento y lugar, los intereses de España. Los intereses contrarios a los suyos serían en buena lógica los de la anti-España. Por eso, al tiempo que rechazaba la subida del salario mínimo a mil euros él, en palabras suyas, se dio así mismo «una humilde retribución de 300.000». Por España.

Tu sonrisa es la nuestra, Merceditas.