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JOPUNTUA

Trans Lives Matter


La semana pasada dejó este mundo Shiloh, un chico trans racializado, amigo y brother del chico trans racializado de quien hablaba aquí justo hace dos semanas. Me atravesó como un rayo la triste certeza de no volver a encontrármelo, sonriente y fascinante, en calles, manis y fiestas de Iruñea. A mí y a muchísima interesante, extravagante y variopinta gente que fuimos acercándonos a su despedida. Eso sí, ¿para cuándo barra libre y pista de baile en los tanatorios, con lo bien que nos sentarían? Sobre todo a las que pagamos con nuestras vidas y las vidas de las nuestras existir como desviadas en este sofocante patriarcado. Todavía no tengo edad para haber despedido ya a tantas amigas: suicidios, sobredosis…

No hay nada más radicalmente feminista que el desafío trans. El binarismo de género es imprescindible para apuntalar todos los demás sistemas de opresión y explotación que nos malogran: ¿a dónde iba el capitalismo sin usurpar a las identificadas como mujeres su fuerza de trabajo cuidadora? Mujer u hombre, lo demás sobra. Si eres trans, tu existencia será muy jodida por ser trans, incluso cuando tengas comunidad y amigas. Ni necesité preguntar por qué había muerto Shiloh con 43 preciosos años, lo supe en mis entrañas. La menguada esperanza de vida de la gente trans debería ser un espejo insoportable donde mirarnos como sociedad.

Justo hace un año, caminaba enaltecida por Chritopher Street en Manhattan, hasta alcanzar el bar Stonewall, donde comenzó la revuelta queer. Vi a aquellas trans racializadas arrancar un parquímetro para forzar la puerta donde se había atrincherado la policía con cientos de hermanas rehenes, hace medio siglo. Camino bajo la sombra de gigantas que me precedieron para hacernos a todas este mundo más posible, más hermoso, más divertido.

Pertenezco por libre elección a dos comunidades políticas resistentes que no abandonan a las suyas: la queer y la independentista vasca. Mi mayor y único orgullo. Este 28 de junio debería estar a nuestro lado Shiloh y nos los han arrebatado. Te querremos siempre, ya eres un gigante nuestro.