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Un conductor de autobús, en muerte cerebral tras ser agredido en Baiona

Los 250 trabajadores con que cuenta el servicio de transporte Chronoplus no ocultaban ayer su consternación por el «acto inexplicable que nos ha arrebatado a un compañero». El chófer, de 58 años de edad, se encontraba ayer en situación de muerte cerebral tras ser agredido la víspera luego de amonestar por su actitud a un grupo de usuarios.


Un conductor del servicio Chronoplus se encontraba ayer en situación de muerte cerebral en el Hospital de la Costa Vasca como consecuencia de la agresión que sufriera, el domingo, en Baiona.

Los empleados con que cuenta ese servicio optaron ayer por ejercer su derecho a no acudir al puesto de trabajo, con lo que las oficinas y también las principales líneas de autobuses no estuvieron operativas.

El conductor, con treinta años de experiencia laboral a sus espaldas, fue agredido hacia las 19.00 del domingo en la parada de Balishon, en el Boulevard del BAB de la capital labortana.

El hombre de 58 años de edad y padre de tres hijos recriminó su actitud a unos usuarios. Ese grupo de personas habría tratado de acceder al autobús, según la versión de los hechos más repetida en los medios de comunicación, sin llevar mascarillas ni los correspondientes billetes.

El chófer habría bajado del vehículo y se habría dirigido a esos usuarios. Uno de ellos le golpeó en la cabeza. El empleado fue evacuado en estado grave al Hospital de la Costa Vasca. Varios compañeros acudieron a interesarse por su estado a ese centro la noche del domingo.

Ayer, tras conocer que su compañero, de nombre Philippe, había entrado en estado de muerte cerebral expresaron su pesar «por esta gran pérdida».

Los representantes sindicales de los 250 trabajadores con que cuenta la compañía se reunieron durante una hora en las cocheras de Chronoplus con el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, y el responsable de Transporte y Movilidad de la institución, Claude Olive.

El primero garantizó que se adoptarán medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores, y el segundo apuntó a las responsabilidades de la dirección de Keolys, la compañía concesionaria de ese servicio. Los responsables institucionales dirigieron unas palabras a las decenas de trabajadores que esperaban, tristes y enfadados, al desenlace de esa reunión.

Las informaciones sobre el grave suceso eran ayer todavía confusas. De hecho la Policía apeló a testigos, para contar con datos más precisos al respecto.

Una persona de 34 años de edad fue detenida en la misma noche del domingo y otras cuaro a lo largo de la mañana de ayer, según apuntaron diversos medios de comunicación.

Durante todo el día se multiplicaron las muestras de solidaridad con la familia y allegados de la víctima. No obstante, conforme la noticia cobró peso en la agenda mediática francesa empezaron a manchar las redes sociales mensajes de distinto tono, llegados de los entornos ultraderechistas, en los que se abogaba por políticas punitivas y se arremetía contra «las actitudes laxistas de la izquierda».