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KOLABORAZIOA

Carta abierta de las trabajadoras de Padre Menni


Todavía recordamos aquellos maravillosos días en los que almorzábamos juntos todo el personal que bajaba a la sala de descanso.

¿Dónde están aquellos momentos de risas? ¿Dónde están aquellos almuerzos donde hablábamos de cuestiones personales, de nuestras preocupaciones, alegrías, vacaciones…?

Recordamos cuando solicitábamos nuestras reducidas y nos dejaban compaginar vacaciones, días personales, reducidas… y no era necesario solicitar excedencias para el cuidado de nuestros hijos.

Recordamos cuando hacíamos cenas de empresa y podíamos reunirnos todos los equipos desde médico, DUE, auxiliares, servicios generales, mandos superiores…

Recordamos cuando eran Navidades y se organizaba un lunch y acudíamos sin ningún esfuerzo para estar un rato con todas las personas que conformamos el equipo de Padre Menni.

Recuerdo cuando las personas que querían trabajar con nosotras y nosotros, traían su currículum a la clínica y esperaban ansiosas que les llamaran porque sabían que el trabajo es muy duro pero que teníamos buenas condiciones y un trato adecuado.

Pero todo aquello pasó. Fue un bonito sueño. Todo comenzó un gran día cuando empezaron los recortes.

Primero comenzaron realizando votaciones para imponer al personal auxiliar dos fines de semana al mes de trabajo completo a cambio de 100€ de premio. Como las votaciones no salían positivas se llegó a votar hasta tres veces y, por supuesto, en la última, en la que votó hasta el apuntador, consiguieron el objetivo. Las auxiliares pasaron de trabajar un sábado y un domingo al mes a trabajar por un módico precio de 100€ dos sábados y dos domingos al mes. ¡Qué chollo!

Continuaron los jueguecitos y comenzaron a realizar valoraciones al personal sanitario fijo para presionar, informar, humillar… como cada uno lo quiera ver.

Y en lugar de realizar estas valoraciones, los mandos superiores les obligaban a las DUE a realizarlas y, después se reunían con la auxiliar para informarle de lo bien o mal que hacía su trabajo. Si bien es cierto, que hubo compañeras que no soportaron dicha presión y, acabaron marchándose.

Un buen día, decidieron que necesitaban un cambio de personal en la representación de la congregación y en la dirección de RRHH, necesitaban personas con cualidades especiales, una persona que «nos pusiera las pilas sin remordimientos» y… la encontraron.

Comenzaron los recortes: no se cubrían las bajas inferiores a 3 días, no se cubrían los días personales, retiraron las medias jornadas o las jornadas de apoyo… Y al poco tiempo comenzó lo más duro: se empezaron a denegar las reducciones que hasta ese momento se hacían combinadas y nos obligaron a solicitarlas en horas o en días completos. Se empezaron a denegar las excedencias por cuestiones organizativas, nos empezaron a imponer los días de trabajo festivo que hasta el momento los elegíamos, comenzaron a presionar a nuestro preciado e imprescindible personal de enfermería haciéndoles rotar a tres turnos, aún existiendo personas que querían trabajar el turno fijo. Obteniendo con todo esto un ahorro económico para la empresa.

Querían que el personal sanitario fuera polivalente así que… si por el motivo que sea consideran que no vales para trabajar en una unidad concreta… ahí que te llevan de «premio».

Sin olvidarnos de la congelación de los salarios debido al bloqueo de la negociación del convenio y de que hemos perdido los derechos de antigüedad que teníamos y solo podemos cobrar dos trienios y un quinquenio.

Si nos quejamos y hacemos pública nuestra situación nos pagan más tarde de lo habitual Para ver si vamos callando. Y os preguntaréis: ¿para qué todo esto? La respuesta es muy sencilla, con todo esto hemos conseguido que personal de enfermería y auxiliares con una antigüedad de incluso treinta años se marche a otros centros en donde se les valore mejor y así poder ahorrarse los derechos adquiridos.

En estos tiempos con la covid-19, nuestra clínica «nos valora tanto» que han considerado que se nos tenía que pagar 20€ más de lo habitual por trabajar un domingo 12 horas y… podríamos seguir tratando más temas pero nos estamos alargando mucho.

Pedimos un trato digno, somos la gran mayoría madres de familia o con familiares a nuestro cargo, durante este confinamiento hemos demostrado que amamos nuestra profesión dejando a nuestras familias y cuidando a nuestros indefensos usuarios ante dicha situación.

Merecemos ser cuidados y cuidadas, un trato digno, protección, que no nos eleven la voz cuando se dirijan a nosotras, que no intenten organizar nuestra vida personal, que favorezcan nuestras vacaciones, nuestras reducciones, nuestras excedencias, un convenio digno y no nos congelen la nómina, ni la antigüedad…

No somos enemigos, unámonos para tratar de cuidar con dignidad a nuestros usuarios, porque ni ello ni ellas ni nosotras somos números.