GARA Euskal Herriko egunkaria
JOPUNTUA

Gloria en la carretera


Mi vida en la carretera” de Gloria Steinem me mantiene vibrante, tengo tantas ganas de gira como esta feminista de 86 años. Conectar con tus hermanas alzadas de todas partes engancha, y lo digo yo que ni del caballo me he privado. La pandemia me interrumpió justo cuando reanudaba el vuelo con mi quinto y más difícil libro, “La feliz y violenta vida de Maribel Ziga”. Aguardo sobreexcitada: Euskal Herria, Catalunya, Espanya, Frantzia, Italia, Brasil, México... Gloria no conduce; yo, tampoco. No necesité carné para ir de orgía en orgía. Y lleva décadas cotorreando y conspirando con medio mundo. Descubrió la forma de autogobierno más ancestral de la humanidad entre la población rural amenazada de India a principios de los sesenta: los círculos de discusión. Y no ha dejado de ver reproducirse las asambleas como forma de agitación organizada contra el patriarcado, el supremacismo y la explotación. Vuelvo a nuestra negada neandertalidad: somos las otras, gloriosamente.

Otra cosa que la pandemia me ha hecho desear más que nunca es fundirme en una marabunta sudorosa, ingrávida y danzante. One more time. Siempre cocino bailando, ¡benditos bafles inalámbricos que te siguen por toda la casa! De Johnny Cash a Rammstein pasando por Concha Piquer y La Furia, lo que se me vaya enredando, ¡bendito Youtube! No suelo resistirme a la voz cavernosa y prometedora de Ian Curtis cantándonos desde el abismo “Love Will Tear Us Apart”, a mí y a mi amada Sayak, que se entrega a mi vera desde Tijuana a Joy Division. Es una de nuestras canciones favoritas compartidas. Y ella me devuelve dichosa a la red revolucionaria a la que pertenezco: esta frase de Sayak Valencia me la tatuaría. «El feminismo no es uno, sino que en su composición puede ser comparado con una gota de mercurio que estalla y se pluraliza, pero que guarda dentro de sí una composición que le permite multiplicarse, separarse y volver a unirse por medio de alianzas».

Y, este finde, las carreteras del éxtasis volverán a llevarme a ti, Ibai.