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CICLismo

La Vuelta arranca en Irun con el objetivo de llegar a Madrid

El final en Arrate hoy sin público marcará las primeras diferencias en una prueba con el Jumbo como favorito con Roglic y Dumoulin.


Que el director general de la Vuelta, Javier Guillén, manifestara ayer en una entrevista a EFE que su objetivo es llegar a Madrid y realizara un llamamiento a los aficionados a no acercarse a la carretera a ver las etapas deja en evidencia la situación en la que arranca hoy la prueba en Irun con todas las medidas para intentar evitar que los corredores y los que les rodean se contagien de coronavirus.

La organización comunicó ayer que todas las pruebas a las que se sometió a los corredores han resultado negativas y ha establecido unas medidas de seguridad mayores que las del Tour para conseguir que todos puedan llegar a Madrid, con una burbuja en la que nadie que no esté en ella pueda entrar.

Javier Guillén explicaba que «hemos eliminado las actividades promocionales, no habrá caravana publicitaria, ni Vuelta júnior, ni espectáculos paralelos, y hemos reducido el personal de organización. Por otra parte, hemos hecho un llamamiento al público para que se quede en casa y vea el espectáculo del ciclismo por televisión. Son dos medidas que no se han tomado en otras carreras. Por lo demás, seguiremos de manera estricta el sistema de burbujas para proteger a los equipos, los cuales, además, llevan su propio protocolo, estarán solos en el hotel, su comedor privado.... No deben tener contacto con personas de otras burbujas, deben ir del hotel a la carrera y viceversa».

Comienzo con la cuarta etapa

El coronavirus ha provocado no solo que la Vuelta retrase sus fechas habituales, también que comience con la que estaba prevista que fuera la cuarta etapa, entre Irun y un alto de Arrate en el que no estará permitido el acceso al público, tras rechazar Holanda organizar las tres primeras jornadas como estaba establecido en el recorrido inicial.

Eso provocará que la carrera comience con una etapa que puede marcar importantes diferencias porque los corredores llevan semanas sin competir y alguno puede acusar un comienzo tan exigente.

Se sale de Irun, de Ficoba, a las 12:51 y, tras pasar por Donostia, se cogerá la carretera de la costa hasta Zumaia, para ir por Zestoa y Azpeitia a Zumarraga. En los últimos kilómetros se enlazarán las subidas de Udana (3ª) desde Legazpi a 75 de meta, la de Kanpazar desde Oñati en el 53, la de Karabieta no puntuable, la de Elgeta a 17 antes de bajar a Eibar y llegar a Arrate. Se subirá por la carretera tradicional, cerrada todo el día, con 5,3 kilómetros al 7.7%, los tres últimos al 9,7% de media, que demostrarán quienes han llegado más fuertes.

Los que quieran ganar la Vuelta deberán estar a un buen nivel desde el inicio porque la segunda etapa de mañana entre Iruñea y Lekunberri presenta las subidas de Girgillano, Urbasa y San Miguel de Aralar por la pista más dura, con 9,4 kilómetros al 7,9%, y bajada hasta la meta.

La tercera sale de Lodosa y acaba en La Laguna Negra (8,6 kms. al 5,8%), la quinta termina en Sabiñánigo tras pasar tres puertos en los últimos kilómetros y el domingo llegará el final del Tourmalet desde Luz Saint Sauveur tras subir en 136 kilómetros el Portalet (15 kms. al 4,5%), el Aubisque (16,4 kms. al 7,1%) y el coloso pirenaico (19 kms. al 7,4%). La Vuelta puede quedar sentenciada en seis días.

Vuelta a Euskal Herria

La prueba regresará a Euskal Herria para tener la jornada de descanso el próximo lunes en Gasteiz, desde donde arrancará otra etapa por carreteras vascas con final en Uribarri Gaubea tras dos subidas a Orduña, la segunda a 19 de meta. El miércoles acaba en el alto de Moncalvillo y, tras dos etapas llanas, la segunda semana termina con dos de alta montaña. El sábado se llega a La Ferrapona (16,5 kms. al 6,2%) tras subir otros tres puertos de Primera, Colladona, Cobertoria, San Lorenzo. Y el domingo esperan otros dos puertos de Primera, La Mozqueta y el Cordal, antes del final en el Angliru (12,4 kms. al 9,9%).

Tras el segundo día de descanso en A Coruña, llegará la única crono individual de 33,7 kilómetros con final en el Mirador de Ézaro (1.800 metros al 14,8%) y el último final en alto estará en la penúltima etapa en La Covatilla (11,4 kms. al 7,1%) tras subir otros cinco puertos.

Un recorrido exagerado que limita a unos pocos escaladores las opciones de pelear por la victoria con el Jumbo Visma como claro favorito al presentar al ganador de la última edición y dominador del Tour hasta la penúltima etapa, Primoz Roglic, junto a otro aspirante como Tom Dumoulin. Además tendrá a Seep Kuss, que en el Tour estuvo por encima de casi todos los rivales que pueden tener, y repetirán escaladores del nivel de George Bennett y Robert Gesink.

Froome, con dudas

El Ineos presentará a Chris Froome como teórico líder, pero Richard Carapaz parece su candidato más fuerte para la general porque el propio ganador de cuatro Tours y dos Vueltas llega con muchas dudas. No ha recuperado su nivel tras la fractura de fémur que sufrió la pasada temporada cuando reconocía la crono de Dauphiné.

El inglés disputará su última prueba con el Ineos tras comprometerse con el Israel para las próximas temporadas y dijo ayer que «las tres primeras etapas son muy difíciles y veremos rápidamente cómo me siento. Es una carrera que me gusta mucho, este año será un poco diferente, hace más frío que de costumbre. Nos vamos a sentir un poco como si estuviéramos en Euskal Herria durante tres semanas. Es difícil saber dónde estoy en este momento. Después de las primeras etapas tendré una estrategia más precisa para el resto de la carrera».

Movistar casi repetirá el equipo del Tour con Enric Mas, Alejandro Valverde y Marc Soler. El balear, segundo en la Vuelta de 2018 y quinto en el Tour, declaró ayer que «lo que me dejaría satisfecho es subir al podio. Si repito el quinto puesto del Tour sería un buen resultado, pero me encantaría subir al cajón y espero conseguirlo si todo va bien. Quiero comenzar esta carrera mejor que el Tour».

El Groupama saldrá con Thibaut Pinot y David Gaudu y Education First tendrá en Michael Woods y Daniel Felipe Martínez sus dos mejores opciones. También pueden disputar la general David de la Cruz (UAE), Aleksandr Vlasov (Astana), Esteban Chaves (Mitchelton), Wout Poels (Bahrain), Guillaume Martin (Cofidis) y Dan Martin (Israel).

Pocos sprinters de nivel

La dureza y la disputa de la prueba cuando en principio estaba previsto que las clásicas acabaran el domingo con la París Roubaix provoca que no corran los mejores clasicómanos y velocistas. A parte de los escaladores que pelearán la general hay pocos ciclistas importantes. Entre los sprinters destacan Sam Bennett, Ackermann, Moschetti, Mareczko, Barbero y Aberasturi.

El alavés será uno de los cuatro vascos que presentará el Caja Rural-RGA junto a Jonathan Lastra, Aritz Bagües y Julen Amezqueta. También Astana tendrá cuatro vascos con los hermanos Izagirre, Omar Fraile y Álex Aranburu después de que el coronavirus le impidiera disputar el Giro. Además Mikel Nieve (Mitchelton), Imanol Erviti (Movistar) y Romain Sicard (Total) repetirán después de descansar tras participar en el Tour.

Once vascos que deberían ser más porque el Euskaltel Euskadi hizo méritos en el comienzo de temporada para ser invitado, máxime cuando la carrera tiene tantas etapas en Euskal Herria y la próxima edición sale de Burgos, lo que justificaría la invitación de un Burgos BH que tiene menos nivel que los de Azanza, que deberán esperar a 2021.

El Giro comienza su última semana con una etapa larga

El Giro coincidirá con la Vuelta en su tercera semana, muy dura, que presenta hoy una etapa larga de 229 kilómetros entre Udine y San Danielle del Friuli propicia para una escapada porque de entrada se asciende un puerto de Segunda, Maddona del Domm, que se corona en el kilómetro 31 para que queden por delante corredores de un buen nivel. Después hay otras cinco ascensiones puntuables para la montaña, tres de ellas al Monte di Ragogna, de Tercera, la última a trece kilómetros de meta.

Con toda su dureza no deja de ser un aperitivo para las tres etapas de alta montaña que quedan. Mañana hay tres puertos de Primera y uno de Tercera para acabar en el alto de Madonna di Campiglio, después de subir Forcella Valbona y Monte Bondone. El jueves está previsto otro final en alto en el Lago di Cancano tras superar 40 kilómetros antes el Stelvio si la nieve permite acceder a sus 2.758 metros. Tras una jornada el viernes para los sprinters de ¡251 kilómetros!, el sábado esperará la etapa reina con otros 198, la subida al colle dell’Agnello si se puede ascender a sus 2.744 metros, el Izoard, Montgenèvre y el final en Sestriere. Si queda algo por decidir el domingo se acaba con una crono de 15,7 kilómetros en Milan. Joao Almeida parte con solo quince segundos a Wilco Kelderman y tres minutos a los demás rivales.J.I.