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Elkarrizketa
EVA FERREIRA
CANDIDATA

«El reto es lograr que la carrera académica, investigadora, sea más atractiva»

Catedrática de Economía Aplicada, con una amplia experiencia en la gestión, Eva Ferreira (Barakaldo, 1963) lidera el equipo que relevará al de Nekane Balluerka al frente de la principal universidad pública vasca. Su principal «enemigo» es la abstención.


¿Por qué solo una candidatura?

Hay una doble lectura, seguramente será una combinación de ambas. Una positiva es que la Universidad, como institución, lleva bastantes años estabilizada. En el momento en que se vislumbra que es una institución fuerte, no parece que haya una oposición articulada capaz de conformar otra candidatura. No es ningún secreto que, de alguna manera, la nuestra está respaldada por el actual equipo rectoral.

Sí es cierto que, como candidata, sería una situación más normal poder confrontar con proyectos alternativos, porque puede haber maneras muy diferentes de entender la Universidad. Cuando tienes alternativa es mucho más sencillo confrontar proyectos. Sería deseable que las otras maneras de entender la Universidad, si tienen una masa suficiente, puedan visualizarse como una candidatura alternativa o varias.

El ministro Castells planteó la reforma de la gobernanza, empezando por la elección de los rectores, generando gran polémica por este y otros aspectos. ¿Introduciría algún cambio?

El tema de la gobernanza en las universidades públicas es recurrente. Acometer cualquier tipo de reforma pensando que la gobernanza es la fuente de los males es un error. Hay otros elementos prioritarios, como puede ser una mayor flexibilidad en las figuras de contratación, eliminar ciertas rigideces o por lo menos minimizarlas. Estas reglas nos coartan más a la hora de gestionar de una manera más flexible. Con el modelo de gobernanza que tenemos, hemos hecho una buena universidad y la seguimos mejorando. Insisto, las reformas tienen que ser de una manera muy global porque igual retocando una única cosa no resolvemos nada.

La Ley del Sistema Universitario Vasco data de 2004. En el acuerdo de gobierno entre PNV y PSE desapareció la propuesta jeltzale de abordar su reforma para 2030. ¿Es necesaria?

Hay elementos que desde 2004 han cambiado. En el sentido de actualización, supongo que en algún momento habrá que acometerla, pero es algo sobre lo que a mí no me compete opinar.

La investigación es clave en una universidad pública. El área científica o tecnológica se ha mimado pero qué hay de otras áreas de conocimiento.

Mi programa se centra mucho en ello. Sobre todo y ante todo, una universidad pública lo que tiene es una altísima responsabilidad social en el avance y difusión del conocimiento. Somos una universidad pública pero además generalista; es decir, somos la única universidad pública del País Vasco y tenemos una responsabilidad social sobre todas las ramas del saber.

A la hora de comunicar, da la sensación, por la forma en la que se consiguen las publicaciones científicas, por cómo evoluciona la ciencia, que la cantidad es mayor. Es una manera de producir conocimiento que se cuantifica, que está muy tasado, y somos capaces de contarlo rápidamente y de que se vea el avance. Sin embargo, en sociales, en humanidades, las formas en las que ese conocimiento se transfiere, quizás no son tan uniformes y tenemos unas maneras de producir diferentes.

¿Cómo cambiar esa realidad?

Tenemos una oportunidad alrededor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la que podemos centrar el avance y la transferencia del conocimiento. Que la sociedad vea lo que hacemos unido a la consecución de los ODS. Es un paraguas cómodo, en el sentido de que todo el mundo sabe de qué estamos hablando, incluyendo el objetivo número 18, que es euskara y cultura vasca. En la consecución de cada uno de ellos actúa el conocimiento de muchas ramas, es muy multidisciplinar.

Vivimos momentos de incertidumbre, donde esos retos sociales, que se aprueban en 2015, están calando a la sociedad poco a poco. Estamos hablando de inclusividad, cambio climático, limpieza de los océanos... eso no es propiedad de una rama de conocimiento. Es un momento, por desgracia, óptimo para ver cómo todos los saberes son importantes a la hora de gestionar nuestro futuro y presente con esta pandemia. No es solo un problema sanitario, que también, sino de relación social, aquí hay sociología, transformación digital, telecomunicaciones, economía, psicología, inclusividad... Tenemos mucho conocimiento en esas ramas y no lo comunicamos y reconocemos suficientemente.

La mejora de las condiciones en que el personal investigador desarrolla su labor se sustenta en una mejor financiación. ¿Cómo fomentar el desarrollo de la carrera investigadora?

Tenemos varias restricciones. Si accedo al puesto, tendremos que hacer lo que podamos. Tenemos nuestras herramientas de contratación, pero luego tenemos que defender las posturas en los órganos que lo regulan. El problema que afrontamos es que la gente joven que empieza una carrera académica está tardando muchos años en llegar a una cierta estabilidad. Es un problema prioritario que hay que resolver.

¿No estamos frenando el talento investigador?

El reto es lograr que la carrera académica, investigadora, sea más atractiva. Lo es pero no debería depender de la voluntariedad de las personas que nos gusta hacer investigación sino que tenemos que apoyarlo más.

La normalización del euskara ha avanzado pero sigue siendo un reto prioritario. Sorprende que en el vicerrectorado que se encarga de ello se incluya internacionalización.

No debería ser mucha sorpresa, no es la primera vez. Lo leería al revés: Internacionalización está con Euskara y Cultura. Internacionalización en ese vicerrectorado se encargaría sobre todo de la movilidad estudiantil y de los acuerdos para Erasmus. No entendemos en ningún caso que tengamos que hacer una política de internacionalización que vaya en detrimento de los esfuerzos que hacemos por la normalización del euskara y por el fomento de nuestra cultura.

Creemos que de nuestro lema, ‘‘eman ta zabal zazu’’, esto es lo que estamos haciendo y lo que queremos seguir haciendo, que nuestros estudiantes no tengan que elegir entre si estudian en euskara o si puedo ir a una universidad extranjera. No, no, esto nos da muchas lecciones. Porque, igual, la gente que tenemos cierta edad venimos de un mundo más estanco, de escenarios más sólidos. Si me permite la expresión, nuestros y nuestras estudiantes son mucho más líquidos. No tienen ningún problema. Oigo música y ves que mezclan inglés, euskara, castellano sin ningún tipo de problema, ni complejo. A mí me parece bonito, me gusta, y los y las estudiantes nos lo están demandando. Lo quieren todo. Tenemos estudiantes muy ambiciosos y ambiciosas.

La visión global es la que nos va a permitir internacionalizar nuestros estudios prestando atención, por que la persona va a prestar atención a que aquí tenemos euskara y cultura vasca, y al revés, cuando hacemos políticas de euskara y cultura vasca, por hacer eso no vamos a dejar la internacionalización. Pongo un ejemplo muy sencillo y claro. Hace años, cuando se empezó a promocionar las tesis en euskara, se comenzaron a producir más tesis doctorales en euskara, por otro lado, se promocionaban también las tesis internacionales y no había manera de tener una tesis en euskara e internacional a la vez. Un estudiante tenía que elegir una cosa o la otra. Con esa mentalidad global, se solucionó. Ahora, de hecho, el 70% de las tesis son en euskara e internacional.

El nivel de temporalidad continúa siendo muy alto, especialmente entre el PAS. Con la tasa de reposición se han dado pasos. ¿Se puede hacer algo más?

En eso estamos. Nuestro reto es bajar la temporalidad en el Personal de Administración y Servicios a menos del 10%. Queremos mayor estabilidad. Para eso, somos una administración pública, hay que hacer ofertas públicas de empleo, que están los mimbres puestos, desarrollarlo, con las garantías necesarias.... Tiene su tiempo.

Al Plan Universitario le queda dos años de vigencia. Se va cumpliendo. ¿Le preocupa que la crisis le afecte?

No soy más que una candidata y por supuesto no tengo la información de primera mano que tendré en caso de ser elegida rectora, pero lo que entiendo, por lo que oigo, no parece que haya intención de recortar en materia de educación, por lo que espero que se mantendrá el Plan Universitario.

A usted y su equipo les tocará negociar el siguiente Plan, ¿una tarea complicada, no?

Veo el futuro de la Universidad con mucha ilusión. El presente es ya muy bueno. Hay que ver lo que era la Universidad cuando se crea en 1980 y lo que es. Si Chillida la viera ahora estaría emocionado y orgulloso de que realmente el lema que pensó ha tenido éxito. Estamos entre las primeras 400 universidades del ranking de Shanghai siendo una universidad pública, joven, generalista. No es fácil. Tenemos una muy buena universidad.

Es cierto que siempre en las negociaciones, al final, hay que convencer a nuestra sociedad de que la Universidad del País Vasco hace una labor, que da un beneficio social que va mucho más allá de lo que es formar a muchísimos estudiantes al año. Todo lo que se investiga, todo el avance del conocimiento, toda la producción cultural y lingüística... No somos conscientes, porque quizá no nos hemos dedicado a comunicarlo con tanta intensidad, cada vez lo hacemos más. Esperemos lograrlo.

Tenemos que contribuir a los retos sociales. También es cierto que la sociedad cuanto mejor sepa qué es lo que hacemos, lo que vale y nos valore, presionará a quienes nos gobiernan. Lo cierto es que la Universidad es la institución mejor valorada en el Sociómetro de 2019 pero como todo va bien, no hay mucha necesidad de defenderla. Cuando toca defender presupuestos y vamos al detalles de la financiación, los partidos políticos y los gobiernos tienen ahí que hacer su función.

En plena pandemia, ¿le preocupa que la comunidad universitaria no esté motivada para acudir a las urnas?

Por supuesto. Es una preocupación y una ocupación.

Hace cuatro años, sorprendió que el alumnado acudiese en mayor número a votar que en otros comicios.

Al haber una única candidatura, hay un sentimiento de que va a salir, sin problemas. Tenemos otro enemigo con el que luchar, que es el estado de las cosas, que la gente no está acudiendo a los centros. No va a favorecer que vaya a haber más participación que en otras elecciones. En campaña lo que haremos, también se va a hacer institucionalmente, es animar a que la gente deposite el voto, porque el día 26 igual no todo el mundo puede acudir a las urnas.