2020 ABEN. 04 KOLABORAZIOA Miedo al futuro Elias Anton Murgiondo La España estancada en el lodazal de la historia, manoseada y falsificada por las corrientes de poder reaccionario, bien sea la religión, la monarquía o los amplios residuos del franquismo que cohabitan en este Estado fallido, ofrece singulares muestras de intolerancia y odio, de autojustificaciones para inducir agresiones hacia quienes ofrecen un espejo de evolución y progreso, de modernidad y sinceridad en su aporte político, al solo objeto de hallar una vía de entendimiento y cooperación para acabar de una puñetera vez con Viriato, Don Pelayo y Santa Teresita del Niño Jesús... Huele a rancio, a viejo, a miedo a la modernidad, a la ciencia y la evolución; ocurre estos días con una fuerza política vasca que ofrece con absoluta claridad sus proyectos de futuro para un entendimiento con quien quiera debatir desde el respeto que merece la legitimidad de sus ideas y de los votos que la respaldan: ¡Sí! Se trata de EH Bildu... Lo que está ocurriendo en la España que se debate en la muy peligrosa pandemia que tanto daño está ocasionando en el mundo y que debate en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado (PGE) tiene mucho que ver con los exabruptos y descalificaciones que por parte del neofranquismo se deben soportar (también de sectores «pancistas» y corruptos de la socialdemocracia vendida a la Reforma). Los insultos y agresiones que los diputados abertzales tienen que soportar de individuos e individuas que seguramente guardarán en sus armarios las camisas azules de sus ancestros y de sus viajes hasta hace cuatro días a Cuelgamuros, esconden el miedo al futuro, el miedo a la libertad, el miedo a la verdad. Gritar, insultar, manosear la historia, mentir y justificar su latrocinio y falta de honestidad, desde la mediocridad de unas ideas muertas, estancadas en el fango de la historia, manipulando el relato de la resistencia vasca contra la dictadura asesina del golpista Franco y sus cientos de miles de muertos, cuando menos merece el reproche de quienes se dicen demócratas en ese espacio tiroteado por Tejero y que hoy acoge una diversidad diferenciada del bipartidismo del «atado y bien atado» que el golpista del Ferrol ideó. La realidad vasca, la realidad de Euskal Herria, merece respeto para con sus habitantes, no solo para los votantes de la segunda fuerza política vasca –EH Bildu–, sino también para las miles de personas que creen en el derecho a la autodeterminación y a la construcción del Estado vasco que, sin duda alguna, superan el 65% de la población. El empeño enfermizo por construir un «relato» falso y criminalizador que niegue cualquier espacio de aporte libertario para quienes se levantaron contra Franco, cuando menos, merece repudio y trabajo sistemático para que la verdad, toda la verdad, emerja. No hay ninguna duda sobre el sufrimiento ocasionado durante el conflicto, pero no solo para una parte y ejercido por una parte. Desde la metrópoli se trata de imponer una historia amañada, pero los vascos y las vascas, que subsistimos entre una monarquía y una república (España y Francia), aspiramos a ser libres y escribir nuestra historia desde la verdad de los hechos. Duele que los vascos y las vascas seamos reconocidos en el mundo y que un pueblo tan pequeño siga resistiendo al imperio donde «no se ponía el sol...». Hoy, los «demócratas» de la camisa azul berrean desde cualquier púlpito contra la presencia de los representantes del «frente amplio» vasco, que sigue creciendo y que en Euskal Herria ha condenando al ostracismo a los conmilitones de Casado y Abascal, negándoles su presencia representativa. Ya podéis invertir en mentir y manipular la historia, también lo hicieron Cisneros y Torquemada, o Pemán y Jiménez Losantos..., pues el futuro acude inexorable, distinto, con ideas nuevas y entendimientos posibles, modernizando la solidaridad y abriendo nuevas rutas hacia la ilusión. El futuro es nuestro, es de las personas que van rompiendo con los mitos, de la juventud que se compromete con la libertad, de todas aquellas personas que arrinconan el odio y luchan contra la explotación del «hombre por el hombre», de las mujeres que cada vez más están presentes en la lucha por su derecho a la igualdad. Las ideas viejas, las de los privilegios, las de la sumisión, las del «derecho de pernada», las del esclavismo, las neofranquistas que subsisten en el PP y Vox se extinguirán y las batallas futuras serán más sencillas, para introducir el respeto y la convivencia, cooperando a modernizar la España vieja y «cárcel de pueblos» que se halla atada a un pasado cruel y vergonzante. Desde aquí todo el apoyo a los representantes de EH Bildu sistemáticamente insultados y denigrados por los herederos del «vasco» Fraga Iribarne... Euskal preso politikoak etxera! Desde la metrópoli se trata de imponer una historia amañada, pero los vascos y las vascas, que subsistimos entre una monarquía y una república, aspiramos a ser libres y escribir nuestra historia desde la verdad de los hechos