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El revés de Trump en el Senado confirma el desgarro republicano

El Senado estadounidense es el escenario del desgarro del partido republicano en los últimos días del mandato del presidente, Donald Trump. Trump, que recibió una humillación con el rechazo a su veto al presupuesto de defensa, se enfrenta a los senadores de su partido por el plan de estímulo y los forzará a probar su lealtad en un debate sobre el «fraude electoral» para lo que aún cuenta con apoyos entre algunos electos y, hasta ahora, entre su electorado.


El Senado estadounidense propinó una inusitada humillación el presidente, Donald Trump, al aprobar de forma contundente, con 81 votos a favor y 13 en contra, el presupuesto de 740.000 millones de dólares del Departamento de Defensa.

La mayoría de los senadores republicanos se unieron a los demócratas, desafiando a su líder en el ocaso de su mandato, cuando él siempre se ha enorgullecido de su apoyo.

Hasta ahora, el Congreso nunca había logrado alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para anular el veto presidencial, que Trump ha usado nueve veces. El líder republicano, Mitch McConnell, pidió a sus senadores que votaran a favor el presupuesto «para asegurar que nos mantenemos en la carrera contra competidores como Rusia y China» a pesar de las objeciones presidenciales.

Esta bofetada al presidente se produce cuando cada vez más electos de su partido reconocen su derrota en las elecciones presidenciales, que él todavía no admite. Molesto, el multimillonario se enfrenta ahora a la dirección de su partido y a principios de esta semana criticó un «liderazgo republicano débil y cansado».

La tensión entre Trump y los líderes republicanos en el Senado también ha aumentado como consecuencia de la exigencia del presidente de que se aumenten de 600 a 2.000 dólares los pagos directos a ciudadanos incluidos en esa ley.

Los líderes republicanos siguen bloqueando el intento de los demócratas de aumentar el monto de esas transferencias directas y en este caso Trump se alinea con la oposición demócrata, abriendo otra brecha en un partido tradicionalmente opuesto a las ayudas estatales.

El establishment republicano ha respaldado al presidente casi hasta el final. Pero poco a poco han ido reconociendo la derrota, incluido el vicepresidente, Mike Pence, los líderes del Senado, y hasta la cadena Fox. Pero Trump, que arremete ahora contra todos ellos, aún tiene un sólido respaldo entre la ciudadanía que el partido teme desdeñar, mientras esta semana se juega en Georgia, con una elección parcial, el equilibrio del poder de la legislatura. Unos 140 republicanos en la Cámara Baja planean desafiar los votos electorales en algunos estados clave. Once senadores también anunciaron que se opondrán a la ratificación de la victoria de Biden.

La maniobra de los once senadores, entre ellos el texano Ted Cruz, está abocada al fracaso pero sí asegurará un largo debate y una votación sobre el triunfo del presidente electo, que obligará a cada legislador republicano a mostrarse a favor o en contra de la batalla de Trump, una última prueba de lealtad que promete aumentar la tensión en el partido.

McConnell, ha pedido a los senadores que no muestren su objeción a la elección. Igualmente, el senador republicano por Nebraska Ben Sasse señaló que Trump no ha aportado pruebas del fraude y aseguró que el presidente y sus aliados están «jugando con fuego».

La sesión del 6 de enero en el Congreso es el último paso en el proceso de certificación del resultado electoral, y dará vía libre a la llegada al poder de Biden el 20 de enero. Ese día, miles de simpatizantes de Trump, entre ellos miembros del grupo de ultraderecha Proud Boys, planean manifestarse en Washington para apoyar al presidente saliente.

Un tribunal tumba la última maniobra en nombre del «fraude»

La Justicia de EEUU desestimó el viernes una demanda impulsada por un congresista republicano y varios miembros del partido en Arizona, en la que pedían otorgar el poder al vicepresidente, Mike Pence, de nombrar a Donald Trump el 6 de enero nuevo presidente de Estados Unidos.

Como presidente del Senado, Pence presidirá el acto en el que se proclamará ganador a Biden el próximo miércoles. Sin embargo algunas voces republicanas buscaban dar poderes al vicepresidente para que decidiera qué votos del Colegio Electoral son válidos alegando un fraude en las elecciones y, así, mantener a Trump en el poder. El juez del quinto distrito de Texas, Jeremy Kernodle, nombrado por Trump, no admitió a trámite la demanda por carecer de base. El propio Pence se había desmarcado de este intento y había pedido al tribunal que rechazara el caso que consideraba «una contradicción legal andante». El presidente electo, Joe Biden, comenzará su mandato el próximo 20 de enero.

Pese a la falta de pruebas y los repetidos fracasos de la vía judicial, al menos 140 republicanos rechazarán la proclamación de Biden. El senador por Missouri, Josh Hawley, anunció que hará una objeción al proceso por lo que senadores y miembros de la Cámara deberán decidir si votan a favor o no del resultado electoral, lo que prolongará la duración del acto. GARA