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Crece la indignación contra el golpe de Estado en Myanmar y se extienden las protestas


Decenas de miles de birmanos se manifestaron ayer, por segundo día consecutivo, por todo el país contra el golpe de Estado que depuso al Ejecutivo de Aung San Suu Kyi, en las mayores protestas desde la revuelta de 2007, duramente reprimidas y que se saldaron con decenas de muertos. Las protestas se extienden por todo Myanmar en un desafío al nuevo Gobierno militar, que ayer levantó el bloqueo de Internet tras más de veinticuatro horas de desconexión.

Las movilizaciones más numerosas se registraron en Rangún, antigua capital y ciudad más poblada, donde varias columnas se concentraron junto a la Pagoda Sule, el monumento más representativo del país.

Con proclamas en favor de la democracia arrebatada el lunes por el Ejército y en contra de la Junta Militar, encabezada por el general Min Aung Hlaing, muchos de los asistentes eran jóvenes nacidos décadas después de la implacable represión de los uniformados contra el levantamiento popular de 1988 y que eran niños durante la «evolución azafrán» de 2007.

“Respetar nuestros votos”, Justicia para Myanmar” o “Liberad a nuestros líderes”, rezaban algunos de los carteles que exhibíann los manifestantes, quienes constantemente alzaban los tres dedos –anular, corazón e índice– en un gesto de disidencia.

El sonido del claxon de los coches en apoyo al movimiento pacífico de desobediencia civil iniciado contra los militares se mezclaba con las canciones en favor de la democracia, muchas entonadas por primera vez durante el levantamiento de 1988.