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Rusia advierte a la UE de que está preparada para romper relaciones

Rusia ha subido la apuesta de las sanciones con las que amenaza la UE con el órdago de una ruptura de relaciones con el bloque comunitario para la que el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, advirtió de que el país está preparado. Moscú juega las cartas de los diversos intereses de los socios de la UE, como el gasoducto Nord Stream II.


El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se encargó ayer de transmitir la imagen de firmeza de Rusia frente a una Unión Europea que quiere desgastar a Moscú pero a la vez no desea romper lazos.

Lavrov subrayó que Moscú está dispuesto a romper las relaciones con la UE si el bloque impone nuevas sanciones que pongan en riesgo la economía del país euroasiático, como ha empezado a amagar Bruselas.

«Estamos dispuestos en caso de que volvamos a ver que se imponen sanciones a algunos sectores, incluidos los más sensibles, generando riesgos para nuestra economía», indicó en declaraciones en el canal de YouTube ”Soloviov Live”.

Aunque manifestó que Rusia no se quiere aislar del mundo, defendió la necesidad de que el país «esté preparado». «Si quieres la paz, prepárate para la guerra», argumentó Lavrov.

En la misma línea, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, hizo hincapié en que Rusia no quiere romper lazos con la UE, sino desarrollar las relaciones.

«Si es la UE la que entra en ese camino (sanciones), entonces sí, estamos preparados, porque tenemos que estar preparados para lo peor», afirmó. «Por supuesto, si nos enfrentamos a una política extremadamente destructiva que pueda dañar nuestra infraestructura, nuestros intereses, entonces, claro está, Rusia debe estar preparada de antemano para esas medidas poco amistosas», añadió.

Peskov subrayó que, «en caso de que triunfe la locura el país debe ser capaz de garantizar la seguridad de sus sectores más sensibles y sustituir todo aquello de lo que se le pueda privar a través de la infraestructura nacional». Las palabras de Lavrov llegan después de que el representante de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, anunciara el martes que planteará sanciones para contestar a la «deriva autoritaria» en Rusia. Borrell afirmó que, tras su visita de la semana pasada a Moscú, ha constatado el alejamiento de Moscú respecto al bloque europeo.

El pulso empezó en Moscú

La visita fue también una demostración de que Moscú se ve capaz de resistir el pulso de la UE o de que duda de que Bruselas pueda mantenerlo. Alemania comparte un proyecto estratégico como el gasoducto Nord Stream II y Rusia es interlocutor en varios asuntos multilaterales. Tampoco es ajena la distribución de la vacuna Suptnik V contra el covid-19.

En ese contexto, Borrell vivió en persona y en directo la humillación de la expulsión de tres diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia en plena rueda de prensa con Lavrov quien, además, recordó al diplomático español la represión contra los independentistas catalanes cuan- do este reclamaba la libertad del opositor ruso Alexei Navalny.

De regreso a Bruselas, Borrell, criticado luego duramente también en el Parlamento europeo por la visita, apuntó la posibilidad de adoptar sanciones en las próximas cumbres europeas.

El Kremlin sostiene que decisiones como la expulsión de diplomáticos –respondida con medidas similares por Berlín, Varsovia y Estocolmo– demuestran que Moscú «no tolerará» ciertas actitudes. Con todo, el propio Lavrov insistió ayer en que la decisión no fue programada para coincidir con la visita de Borrell, sino que se tomó «una vez que esas personas fueron identificadas en las manifestaciones ilegales». Por otro lado, apuntó a la existencia de «espejos deformados» en las declaraciones de la UE sobre una decisión de Rusia de aislarse de la comunidad internacional. «Los problemas entre nosotros y la UE empezaron hace mucho, y durante todo este tiempo la UE ha puesto a prueba nuestra paciencia y buena voluntad».

El ministro atribuyó esa hostilidad al peso de los países bálticos, recordando que tras su ingreso en la UE y la OTAN, en lugar de apaciguar sus «fobias heredadas de su pasado soviético», «se convirtieron en unos rusófobos inveterados y arrastran hacia estas posiciones a la UE». «Fue la UE la que derrumbó en 2014 la arquitectura de multifacéticos vínculos con nuestro país que se venía edificando durante décadas», zanjó.