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DE REOJO

Persistente


Conozco a algunas personas que están afectadas por la covid-19 llamada persistente y padecen una situación de estancamiento en su proceso de curación que les hace difícil llevar una vida normal. No parece existir una medicación o tratamiento eficaz que elimine estos síntomas, lo que les deja con la inseguridad como manera de afrontar el día a día. Las estadísticas médicas aseguran que el 10% de los jóvenes que ahora se están infectando con las nuevas variantes del virus formarán parte de esa población que adquiere la variable clínica de persistente, y eso es una situación de inseguridad social que trae otras consecuencias. Prevención, normas claras, protección constante para no incrementar, otra vez, los números de la pandemia en esta quinta ola.

Hay otros síntomas persistentes en nuestra sociedad y al visionar los vídeos de la tragedia sufrida por Samuel en la noche coruñesa, lo escalofriante es la cantidad de personas jóvenes que se unieron a la jauría de persecución a un joven que no planteaba pelea, sino que huía despavorido. Esos comportamientos grupales son execrables y muestran unos síntomas persistentes de unas personas que en manada sufren transformaciones salvajes hasta convertirse en linchadores de alguien al que no conocen y que, seguramente, ni sabían los motivos, de existir, por los que era agredido. Ejercer la violencia contra el desfavorecido, contra el minoritario, sumarse al jaleo de unos bestias hasta convertirse en bestia, en homicida o asesino, un camino realmente sin retorno. No hay eximente por ingesta de alcohol, esa violencia viene de casa, si fuera el alcohol el culpable se agrediría al camarero que es la persona más próxima y no se esperaría llegar a casa para maltratar a la pareja, ni se participaría en el linchamiento mortal al primero que se encuentra por la calle.