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Macron reconoce la «deuda» con Polinesia pero no se disculpa por ello

El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció que el Estado francés tiene «una deuda» con la Polinesia por los cientos de pruebas nucleares llevadas a cabo en este territorio del Pacífico Sur durante 30 años, hasta 1996, pero no se disculpó por ello con los polinesios.


«Asumo y quiero la verdad y la transparencia», afirmó Emmanuel Macron en Papeete, dirigiéndose a las autoridades polinesias en el último día de su primera visita al archipiélago. En su discurso, que comenzó y terminó con unas palabras en polinesio, Macron reconoció que este tema afecta a la «confianza» entre Papeete y París y añadió que las víctimas de estas pruebas –algunas de ellas enfermas de cáncer– deberían recibir una indemnización mejor.

«La nación tiene una deuda con la Polinesia Francesa por haber acogido esos ensayos, sobre todo entre 1966 y 1974, y no podemos decir de ninguna manera que fueran limpios», confesó entre aplausos, pero no se disculpó por ello.

El Estado francés trasladó en 1966 su campo de tiro del Sáhara a la Polinesia, en los atolones de Mururoa y Fangataufa, donde en 30 años llevó a cabo 193 pruebas. Hasta 1974 fueron atmosféricas y después subterráneas.

«Quiero decirles claramente que los militares que las hicieron no les mintieron. Se expusieron a los mismos riesgos que vosotros», declaró, para después reconocer que «es verdad que no hubiéramos hecho estas mismas pruebas en Creuse o en Bretaña (en el Hexágono). Lo hicimos aquí porque estaba más lejos, porque estaba perdido en medio del Pacífico».

Macron dijo «asumirlo plenamente» y defendió la elección del general de Gaulle y de sus sucesores de dotar al Estado francés de armas nucleares.

«Demagogia»

En su discurso, Macron no pidió perdón como pedían las asociaciones de víctimas o el líder independentista Oscar Temaru. «Podría quitarme el tema de encima pidiendo 'disculpas', como haces cuando empujas a alguien para poder seguir tu camino, es demasiado fácil. Y es demasiado fácil para un presidente de la República de mi generación decir de alguna manera 'mis predecesores se equivocaron (...) disculpas e indemnizaciones'», manifestó Temaru.

«No hay progresos en este discurso, demagogia pura (...) Las mentiras del Estado continúan», lamentó el sacerdote Auguste Uebe-Carlson, presidente de la Asociación 193.

Sin embargo, el presidente de Polinesia, Edouard Fritch, aplaudió que Macron «quiera por fin poner la verdad sobre la mesa después de 25 años de silencio».

En cuanto a las indemnizaciones, Macron reconoció que son «demasiado lentas» y anunció «una mejora» en el pago de las contraprestaciones.