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EDITORIALA

Israel continúa con su política agresiva


Por primera vez desde que se puso fin a la guerra de 2006, Israel ha bombardeado esta semana el sur de Líbano durante tres días consecutivos, la última vez ayer, en respuesta a un lanzamiento de cohetes que sí fue reivindicado por Hizbulah. El presidente libanés, Michel Aoun, consideró el ataque una «violación flagrante y peligrosa» de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a aquella contienda. Naciones Unidas también ha llamado a las partes a la contención y ha señalado que investigará lo sucedido.

Las declaraciones posteriores a los ataques daban a entender que ni Israel ni Hizbulah tienen especial interés en que la tensión crezca. Del modo en el que han hablado del intercambio de disparos –valorando que han sido bombardeadas zonas despobladas– parecía que el intercambio había sido más bien de mensajes. Evidentemente, cuando las palabras fallan, la comunicación sigue a garrotazos.

En cualquier caso, resulta extremadamente peligrosa la obstinación de Israel en tomarse la justicia por su mano y obviar el Derecho Internacional y todas las resoluciones de Naciones Unidas, tanto en lo que se refiere a los territorios ocupados en Palestina como en sus relaciones con los países limítrofes. Cualquier país soberano al que considera su enemigo puede sufrir sus ataques sin que medie provocación alguna. No solo ha bombardeado Líbano, también ha atacado a Siria y ha realizado operaciones encubiertas en Irán. Un comportamiento al margen de la comunidad internacional que hace que Israel sea un serio peligro para la paz y la estabilidad en la región.

Los llamamientos a la contención a las partes que ha hecho Naciones Unidas son necesarios para rebajar la tensión y pasar de los golpes al diálogo y la negociación. Sin embargo, lo que sobra en relación con Israel es la equidistancia de la comunidad internacional y, especialmente, de la Unión Europea. Cuando un país agrede a sus vecinos y no respeta el Derecho Internacional es necesario denunciarlo y tomar medidas.