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Cientos de protestas llevan a las calles de EEUU la batalla por el derecho al aborto


Cientos de manifestaciones llevaron ayer la batalla por el derecho al aborto a las calles de EEUU, en una Marcha de Mujeres destinada a contrarrestar una ofensiva conservadora sin precedentes. La entrada en vigor el 1 de setiembre de una ley en Texas que prohíbe casi todos los abortos en este estado había desatado una verdadera guerra judicial y un contraataque en el Congreso, pero pocas movilizaciones hasta ahora.

Dos días antes de la reanudación de las audiencias en el Tribunal Supremo, que será decisivo, cerca de 200 organizaciones pidieron que los defensores del derecho al aborto sean escuchados en todo el país.

El evento central se llevó a cabo en Washington, donde miles de personas marcharon hacia la sede del tribunal que, casi 50 años después de reconocer el derecho de las mujeres estadounidenses al aborto en su histórico caso Roe v. Wade, parece dispuesto a dar marcha atrás.

El Supremo, profundamente reformado por el expresidente Donald Trump, ya se ha negado a intervenir urgentemente para bloquear la ley de Texas y podría aprovechar la revisión de una ley restrictiva de Mississippi para cambiar su jurisprudencia. También en las capitales de estos dos estados, Austin y Jackson, así como en más de 600 ciudades de todo el país, se llevaron a cabo manifestaciones, en las que las organizadoras, desde pequeñas asociaciones feministas locales al gigante de la planificación familiar Planned Parenthood, esperaban reunir a más de 240.000 personas.

«Estamos luchando para que el aborto no sea solo legal, sino también accesible, asequible y libre de estigmas». señaló la convocatoria, pidiendo al Congreso que consagre el derecho al aborto en la ley federal, con el fin de protegerlo de una posible reversión del Tribunal Supremo.

Un proyecto de ley en ese sentido fue aprobado hace una semana en la Cámara de Representantes, pero no tiene posibilidades de triunfar en el Senado donde los republicanos tienen una minoría de bloqueo.

«Vamos a salir a la calle por primera vez en la era Biden, porque el cambio en el Despacho Oval no ha acabado con el deseo politizado, perverso y patriarcal de controlar nuestros cuerpos», añaden. Al contrario, animados por la entrada en el Supremo de tres jueces elegidos por Trump, los electos conservadores locales se han embarcado en una ofensiva contra el aborto: desde el 1 de enero, 19 estados han aprobado 63 leyes restrictivas.

Si la Corte anulara la jurisprudencia Roe v. Wade, todos los estados serían libres de prohibirlo y 36 millones de mujeres en 26 estados, o casi la mitad de las estadounidenses en edad reproductiva, probablemente perderían el derecho a abortar, según Planned Parenthood.