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DIEZ AÑOS DE AIETE Y LA DECISIÓN DE ETA

María Jauregi eclipsa a Urkullu al recordar a todas las víctimas


Los diez años desde Aiete fueron recordados ayer de forma solemne, aunque bien distinta, por los gobiernos de Nafarroa y de la CAV. Iñigo Urkullu optó por un acto íntimo, con una veintena de víctimas de ETA como asistentes, celebrado en el interior de la sede de Gogora y cuyo diseño excluyente quedó en entredicho cuando María Jauregi se acordó de las víctimas de las Fuerzas de Seguridad. María Chivite, por su parte, le dio al homenaje navarro un tono de declaración institucional junto al monumento a las víctimas que se encuentra en la plaza del Baluarte.

En su lectura, Urkullu manifestó su deseo de que las víctimas «sigan formando parte activa de la construcción de la convivencia y el futuro». Asimismo, dedicó sus palabras a los «ausentes» que perdieron la vida en acciones de ETA.

El lehendakari recordó que ETA desapareció «de forma unilateral, completa, definitiva e incondicional». Pero añadió que el «precio de la paz» ha sido el «sufrimiento de las víctimas» y también de «la mayoría del pueblo vasco».

Calificó, además, de «error ético, político y democrático» que ETA se arrogara «la capacidad para decidir sobre la vida y la muerte de otras personas».

No hubo en su discurso alusión a las declaraciones de este lunes, en las que EH Bildu y Sortu dijeron a las víctimas que su dolor nunca debió producirse. Si acaso, lanzó una crítica velada, lamentando que «haya quien todavía no acabe de asumir con claridad» que decidir sobre la vida y la muerte fue un error.

Jauregi y los olvidados

En ese acto no solo intervino Urkullu, también habló María Jauregi, hija de Juan Maria Jauregi, quien tuvo un discurso no tan centrado en la memoria, sino focalizado en la necesidad de «tender puentes» y la posibilidad de una reconciliación «sin dejar a nadie atrás».

«La sociedad es plural y debemos respetarnos mutuamente. A través del diálogo debemos intentar buscar puntos de encuentro entre diferentes, construyendo puentes, sin dejar a nadie atrás», señaló. Hay que hacerlo de este modo, explicó Jauregi, porque «se lo debemos a todas aquellas personas que hoy no están entre nosotros».

Jauregi, además, llamó a «tener en cuenta a todas las víctimas de las diferentes violencias que hemos padecido en este país», dentro de un acto que el lehendakari había pensado para las víctimas de ETA en exclusiva.

«Las Fuerzas de Seguridad del Estado han violado los derechos humanos y han provocado víctimas. Y todas las víctimas tienen derecho a saber la verdad, así como a la justicia y la reparación. Así entiendo yo la convivencia», manifestó Jauregi.

El desplante de NA+

La presidenta Chivite tuvo un papel más complicado que el de Urkullu y, también, un discurso más valiente. Así, en el homenaje de ayer no participaron ni NA+ ni las víctimas.

«Valoramos los pasos dados en la última década por la izquierda abertzale, también el último de esta semana de reconocimiento de que el dolor y el sufrimiento provocado a las víctimas de ETA nunca debieron producirse», afirmó la lehendakari en su homenaje.

Chivite, sin embargo, fue más allá en su declaración y afirmó también que «es necesario que aquellos que ejercieron la violencia o le dieron cobertura social y política hagan una reflexión ética integral».

Asimismo, insistió en el papel de los colegios para transmitir la memoria de lo sucedido.