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CRÍTICA «Apaiz Kartzela»

Sotanas coherentes y antifascistas


De manera ágil y directa, así nos adentra “Apaiz Kartzela” en un capítulo de nuestra memoria histórica que nunca debe caer en el olvido. Este documental de obligada visión, aborda los silencios que han sido rotos en torno a la represión que, entre 1968 y 1976, padeció medio centenar de sacerdotes que plantaron cara al franquismo y que pagaron las consecuencias mediante la tortura, amenazas y cárcel. Todo ello mientras la jerarquía eclesiástica miraba hacia otro lado y se regocijaba con los beneficios que le otorgaba el Concordato sellado con Franco. Ritxi Lizartza, David Pallarès y Oier Aranzabal han compartido labores de dirección en este proyecto que tiene como punto de partida el retorno a la cárcel de Zamora que comparten varios de los protagonistas de esta historia. Entre ellos, Xabier Amuriza ejerce de guía a través de los barrotes de un escenario que cambió parte de su fisonomía arquitectónica, pero que mantiene viva la esencia de lo aconteció en intramuros de aquella prisión única y exclusiva que, por primera vez, sirvió para recluir a curas. A los testimonios de algunos de estos protagonistas, se suman aportaciones muy interesantes que ponen de manifiesto la singularidad de estos curas que reaccionaron de manera muy activa contra la opresión franquista. Ejemplo de ello son las aportaciones de Vicente Cárcel, un sacerdote investigador en la Biblioteca privada del Vaticano, que ayudan a poner este episodio dentro del contexto internacional. Otro elemento a destacar es la inclusión de sencuencias animadas –creadas por el equipo liderado por Kote Camacho– que se encargan de, además de recrear capítulos como el de las torturas o el intento de fuga que realizaron los protagonistas, permiten la unión de los diferentes puntos que conforman la ruta de este viaje al pasado cimentado en la coherencia política y social de quienes fueron señalados por su propia Iglesia.