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Ómicron no está sola, en Nafarroa se batió el récord de casos de la variante delta


Parece haberse instalado en la sociedad la creencia de que los casos de coronavirus que se detectan estos días pertenecen a la variante ómicron y que esta ya prácticamente ni mata ni genera tensión hospitalaria. Por desgracia, no es así. La letalidad de ómicron se desconoce y no se conocerá hasta dentro de bastante tiempo (el retardo en la llegada de los contagios al hospital se estima en diez días, pero resulta mayor para las muertes, pues muchos pelean por su vida durante semanas).

La cepa que sí sabemos que manda gente al hospital y mata es delta. Las muertes que se notifican estos días son todas de delta debido a este retardo. Casi con seguridad, ómicron acabará desplazando a delta (ya lo está haciendo) y en cuestión de semanas delta desaparecerá. Pero, aun así, la semana pasada delta siguió aumentando su presencia. Probablemente, esto está sucediendo también en la CAV.

De los 25.258 casos detectados en Nafarroa, unos 6.000 se atribuyen a la variante que se hizo dominante el pasado verano. Suponen mil más que la semana previa. Esto nos adelanta que las muertes por efecto únicamente de esta variante se van a incrementar en un 20% las próximas semanas (hubo 13 muertes la semana pasada). Y a este incremento ha de sumarse el efecto que pueda tener ómicron. Una cepa que, pese a que se le presume menor virulencia, está circulando ya cinco veces más rápido que delta. Y no hay que olvidar que esa menor virulencia está sin determinar y que será diferente entre vacunados y no vacunados.

Adelantando un símil de la microbióloga navarra Isabel Sola –la mayor experta en coronavirus del Estado, con la que este medio mantiene un contacto fluido– aún no sabemos si ómicron es un tigre o un gato. Parece un gato cuando la persona está correctamente vacunada, pero si se comporta como un tigre (es decir, no se ha atenuado con respecto a la cepa original) ante la población no vacunada, tendremos un problema.

La capacidad que tiene el coronavirus para comprometer al sistema sanitario sigue siendo enorme. Concreta el último informe de los epidemiólogos navarros (Ispln) que, además del coronavirus, el virus de la gripe comienza a generar su onda estacional. A causa de este virus, diez personas ingresaron en hospitales navarros la semana pasada (van 24 ingresos este invierno). Frente a esto, los ingresos que generó el coronavirus superaron los cien.

La tensión hospitalaria de la semana pasada ya era equivalente al pico del pasado año, cuando el virus de la gripe no se propagó en sus fechas habituales por efecto de la dureza de las medidas que se adoptaron contra el coronavirus.

Lo esperable ahora es que ya esta semana la red sanitaria navarra esté bajo mayor presión que en el punto crítico del inverno pasado. Solo que esta vez los ingresos van a seguir al alza bastante tiempo, varias semanas al menos, y la tensión final resulta a día de hoy difícil de calcular, precisamente por la incógnita que supone ómicron.

Por lo demás, el ritmo de crecimiento de la pandemia sigue siendo exponencial. Los casos totales se doblaron con respecto a la semana precedente y no hay signos de que comience a decaer la presión en ninguna de las franja de edad. No se ven, por tanto, brotes verdes que digan que el pico está cerca, pues ni los jóvenes lo han sobrepasado.

La única nota positiva es que el virus VRS sí que ha comenzado a descender. Es habitual que este otro virus respiratorio, que actúa de forma inversa al coronavirus afectando más a niños y menos a adultos, realice una ola adelantada a la de la gripe. Por tanto, ese descenso tan necesario era esperable.

Por lo demás, los epidemiólogos navarros se reafirman en sus recomendaciones: la vacunación no basta y la mejor herramienta es el uso de mascarillas y extremar la precaución con las personas vulnerables.