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BOBADAS ALPINAS

Demandas


En septiembre de 2019 el guía y jefe de expedición Garret Madison decidió suspender el ascenso en marcha al Everest ante el riesgo que presentaba un enorme serac que amenazaba la ruta de paso frecuente. El siguiente marzo, uno de sus clientes, un tal Zac Bookman, presenta una demanda judicial en USA exigiendo a Madison 100.000 US $ por fraude y ruptura de contrato, especificando además que «el equipo de sherpas y equipadores de la cascada de hielo eran claramente vagos e ineficientes». Después de muchos trasiegos legales, un tribunal de Seattle da la razón a Madison declarando además que «el miedo a las demandas legales y sus repercusiones financieras puede conducir a lesiones y muerte para los clientes, guías, sherpas y otros profesionales de la montaña». Un respiro para la profesión de guías que cada vez más se sienten amenazados por las demandas legales de clientes cuando no estén de acuerdo con las decisiones tomadas sobre el terreno. El tema es resbaladizo en el campo de la montaña y aún más en el guiado en el Everest u otras grandes montañas del planeta, donde los clientes suelen ser grandes figuras de la industria y magnates del espectáculo, algunos de los cuales siguen pensando que son ellos los que, incluso en este medio tan amenazador, tienen derecho a tomar las decisiones. En este tipo de contratos no se asegura la consecución del objetivo (cumbre) si la renuncia es razonable. Pero… ¿qué es lo razonable?