2022 URT. 13 Elkarrizketa GERARDO CANDINA PRESIDENTE DE LOINTEK GERNIKA BIZKAIA «Si no volvemos a la Eurocup por esta experiencia, ganan ellos» Lointek Gernika remitía desde su web una extensa cronología sobre los sucesos con el Mersin CBK Çukurova. El club gernikarra añadía a la FIBA esta misma cronología, más un reporte de vulneraciones de las bases competitivas del club turco. El presidente Gerardo Candina describe la congoja y la impotencia en esta entrevista, que pueden encontrar en su completa extensión en NAIZ. Arnaitz GORRITI De haber superado la encerrona que el Mersin CBK Çukurova le preparó en el partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Women Eurocup, Lointek Gernika Bizkaia estaría disputando este miércoles el partido de ida de los octavos de final en la cancha de un viejo conocido como es el Carolo Basket. Pero no es así por el partido del pasado día 4, un escándalo de tal magnitud que hasta medios estatales deportivos y generalistas, amén de una reacción vía redes sociales de otros clubes de la Women Eurocup que traspasó fronteras y provocó una prepotente réplica de Çukurova, más el resumen cronológico presentado por Gernika Bizkaia en su web, en el que hace constar todo el proceso, con la FIBA ejerciendo como su peor enemigo, una vez más. ¿Después del cabreo, qué poso queda en el club? Queda la obligación de explicar a los aficionados, a los socios, a los patrocinadores, a los seguidores… al entorno del baloncesto de Gernika… qué es lo que pasó realmente. De hecho, esa es nuestra intención. Intentamos que la explicación sea lo más objetiva posible, no con la intención de que nos hagan ahora ganadores. Pero tenemos que decírselo a la FIBA, que creo que sabe lo que ha pasado, porque hemos estado en contacto con el comisionado encargado de la eliminatoria. ¡Nos quisieron hacer una PCR en la calle en Adana, a medianoche! Conseguimos, aunque fuera, que nos la hicieron en un cuartito en el aeropuerto… ¡Nos llevaron en autobús al hotel en un trayecto de 80 kilómetros en el que tardaron dos horas y media!, que de regreso se tardó entre 45-50 minutos, cronometrado por Mario (López, entrenador). Nos paró la policía en un control. Se acostaron a las 2.30 de la mañana y al día siguiente no pudieron entrenar… Queremos que no se olvide. Por otro lado, hay situaciones que vulneraban la propia reglamentación dictada por la FIBA. Por ejemplo, la megafonía oficial –no que el público haga ruido– no puede poner una sirena antiaérea cuando atacamos, o el himno turco en mitad de un ataque nuestro, al punto de que no se oiga la bocina de la cancha o el silbato de los árbitros. No puede haber nadie a menos de cinco metros del banquillo, y nosotros la teníamos a menos de un metro, chillando a nuestras jugadoras y al cuerpo técnico, tirándoles botellas de agua... Son situaciones esperpénticas que hemos intentado explicar no diciendo que teníamos que haber pasado nosotras, porque el equipo, con todo lo que estaba sufriendo, no jugó bien porque era imposible centrarse. Y eso que llegamos al último minuto del partido con la eliminatoria empatada y posesión. Queda la guinda de la réplica turca, con un tono muy prepotente. O el vídeo aquel del «Despertaros del sueño. ¡Bueno días!». ¡A quién se le ocurre eso! Y que no me hablen de racismo. Hace tres años nos eliminó Galatasaray remontándonos 15 puntos de desventaja y no pasó nada ni parecido. Nos recibieron muy bien cuando llegamos a Estambul, nos dieron todas las facilidades... Luego en la cancha había alguna que otra bengala, pero por lo demás el público turco animó a su equipo y al final ganaron. ¿Qué le vamos a hacer? Aquello fue un partido de basket. De hecho, me decía Mario de regreso que lo de Galatasaray fue una balsa de aceite. La gente animaba, chillaba… pero ya. En Mersin, en cambio, porque teníamos a una docena de policías detrás del banquillo… ¡Aquello era una locura! ¿Tiene en este momento alguna respuesta de la FIBA? Todavía no. Enviamos a la FIBA toda nuestra documentación este lunes, una documentación traducida al inglés en el que explicamos no solo lo que pasó con las distintas pruebas PCR que hicimos y demás, revisado todo ello por médicos de aquí y por médicos de la propia FIBA. También damos cuenta de todas las vulneraciones de la reglamentación de la FIBA que se dieron en toda esa eliminatoria. Es un escrito largo que recién se lo hemos enviado e imagino que la FIBA tardará. Hasta ahora hemos puesto en su conocimiento todo lo que nos ocurría, pero las respuestas que nos han dado han sido excusas para darnos largas. ¡Tamaña impotencia! Pudo haber sido peor. Porque tras el positivo de Belén –Arrojo–, después del partido nos querían obligar a toda la expedición a quedarnos allá en Turquía. ¡No nos querían dejar marchar al día siguiente! Cuando me llegó ese mensaje, me puse en contacto con Jorge Garbajosa –presidente de la Federación Española (FEB)– y al final, aquello empezó a derivar de una cuestión deportiva o sanitaria, a casi una cuestión política. ¿Disculpe? Tal cual. Yo no hablé con el Embajador español en Estambul, pero Jorge Garbajosa sí, y me aseguró que si no hubiera habido más remedio hubieran sacado a nuestra expedición a través de la Embajada española. La idea era traer también a Belén con toda la expedición, pero se pusieron muy serios, muy bordes cabría decir, de que Belén Arrojo no iba a poder regresar hasta que diera dos PCR negativas de forma consecutiva. ¡Y Belén estuvo dispuesta a quedarse sola allá! Al final, con buen criterio, Mario decidió quedarse con ella hasta que al fin sacó las PCR negativas y pudieron volver sin problema. Perdone la broma, ¡pero menos mal que no pasaron ustedes! Ten por seguro que al día siguiente no nos dejan regresar. Si ya fue complicado que la mayoría del equipo pudiera volver al día siguiente, si llegamos a pasar se hubiera complicado más. Hay que recordar que somos un equipo de un pueblo de 18.000 habitantes. Yo hablaba por teléfono con la expedición y notabas por su voz que estaban crispados, muy nerviosos porque no terminaban de creerse que podrían volver, por mucho que les dijera lo que me había dicho Garbajosa. Como para no volver a la Eurocup. No, eso ni se plantea. Porque si después de esta mala experiencia, decidimos plantarnos y no volver, entonces sí que ganan ellos. Sí dan ganas de decir que «para esto, que vengan y jueguen los equipos de siempre y ya está». Nosotros somos lo que somos, yo llevo 18 años de presidencia en este club sobre todo porque me encanta el basket y por echar una mano después de que mis tres hijas jugaran en Gernika hasta categoría senior. Pero la Eurocup nos gusta. Ya son cinco años jugando en Europa y, de hecho, estoy muy agradecido a los patrocinadores que, tras lo que nos pasó en Mersin, nos insisten en que hay que apoyar al equipo más que nunca. Vemos que el baloncesto es un transmisor de valores y desde que estamos en Europa el club ya tiene 12 equipos en distintas categorías, lo cual es muy bueno porque las chicas practican deporte, y en este caso un deporte con muchos valores positivos como es el baloncesto. Y no nos engañemos, es una manera de acceder a jugadoras no de nivel Top europeo, pero sí muy buen nivel, que por presupuesto no podríamos acceder. Plantearnos ganar o jugar la final de la Eurocup es impensable; otra cosa es que si tienes un año con buenos cruces, puedes plantarte entre los ocho mejores. Ahí es donde la FIBA tiene que darle una vuelta. ¿Las jugadoras y el cuerpo técnico, qué dicen? Queremos pasar página y centrarnos en hacer una buena temporada, pero nadie quiere olvidar, ni que se olvide, lo que pasamos. Por eso hemos publicado un comunicado dejando las cosas claras, porque aquí ni se falsean pruebas PCR ni nada por el estilo. En ese sentido, el Carolo Basket se ha puesto en contacto para mostrar su apoyo. Hasta La Roche Vendée nos ha enviado ánimos vía redes sociales diciendo que en 2022 esto no puede pasar. Es lo mejor de todo.