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EL SENADO DE EEUU RECHAZA LA REFORMA ELECTORAL

Otro revés para un Biden a la baja

Justo un año después de llegar a la Casa Blanca y con su popularidad a la baja, Joe Biden ha recibido un revés en el Senado, que ha echado abajo una de sus promesas, la reforma electoral para defender el voto de la población afroamericana. A diez meses de las legislativas de medio mandato y con el trumpismo aún muy activo, la agenda del presidente de EEUU choca con una oposición republicana muy hostil y las divisiones en el partido demócrata.


Joe Biden se reconoció «profundamente decepcionado» después de que el Senado enterrara el miércoles su proyecto de reforma electoral con la que el presidente había prometido proteger el acceso a las urnas para los afroamericanos.

Los senadores estadounidenses infligieron un duro revés al mandatario al negarse a avanzar en este texto, justo cuando Biden cumplía un año en la Casa Blanca. Otro revés que agrava una popularidad a la baja tras la caótica retirada de Afganistán, el auge de la pandemia, la inflación y el freno a su ambicioso programa social.

A diez meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato, el demócrata intentaba con esta reforma establecer un marco federal para la organización electoral, anulando las restricciones adoptadas en quince estados conservadores desde las elecciones presidenciales de 2020 que discriminan deliberadamente a los votantes negros.

Estas leyes hacen más difícil el voto por correo, acortan los plazos para acudir por anticipado a las urnas e incluso penalizan dar agua o comida a quienes esperan largas horas en fila para ejercer su derecho.

Los demócratas tenían prisa por sacar adelante la reforma para deshacer estas medidas antes de las elecciones, pero la oposición republicana, buena parte de la cual aún cree que los comicios presidenciales de 2020 fueron «robados» a Donald Trump, se opuso a una ley que, asegura, daría a los demócratas el control de las urnas en todo el país.

División demócrata

Los republicanos se negaron a debatir la iniciativa durante una votación clave, echando mano de una maniobra denominada filibusterismo y que permite impedir el debate de cualquier medida si no se reúne un mínimo de 60 votos.

Horas más tarde, el líder de los demócratas, Chuck Schumer, propuso un cambio en las reglas para restar poder al filibusterismo y conseguir que la medida fuera debatida.

Sin embargo, como se predecía, no consiguió reunir el apoyo que necesitaba entre sus filas. Los senadores demócratas Kyrsten Sinema, de Arizona, y Joe Manchin, de Virginia Occidental, se unieron a los republicanos y votaron en contra de cambiar las reglas del juego.

«Estoy profundamente decepcionado de que el Senado no haya defendido nuestra democracia. Estoy decepcionado, pero no desanimado», afirmó Biden, asegurando que insistirá en sacar adelante la reforma y que no ha «agotado todas las opciones» para conseguirlo, sin dar más detalles.

Una encuesta de Gallup sitúa su índice de popularidad en solo un 40% frente al 57% de cuando asumió el cargo, preocupante para los demócratas, que temen una debacle en las legislativas de medio mandato.

Ni gasto social ni reforma migratoria ni unir al país

Biden trató de recuperar imagen y con una maratoniana rueda de prensa, recurriendo incluso a un tono fanfarrón que recordaba a su predecesor: «¿Puede nombrar a otro presidente que haya logrado tanto como yo en un año? Al escucharles parece que no ha pasado nada», preguntó a los periodistas. Alardeó de logros frente a la pandemia y de «creación récord de empleo». Pero tuvo que reconocer que tampoco podrá aprobar intacto su plan de gasto social de 1,75 billones de dólares, sino que tendrá que conformarse con «porciones» más pequeñas del mismo. Biden no logró aprobar en el Congreso este programa por disidencias en las filas demócratas. Y ello a pesar de que incluía una rebaja de impuestos para rentas altas como compensación para el ala más derechista del partido. En el mismo sentido, lamentó que no se haya aprobado la reforma migratoria que presentó hace un año, al no lograr «ni un solo voto de los republicanos», al contrario que hace unos años. Precisamente otro de sus fracasos es el no haber logrado restituir consensos políticos, habiendo abanderado la unidad del país. Aseguró que «no había previsto» tal grado de oposición de los republicanos y consideró que el país aún está «lejos de estar tan unificado como debería ser». Con una población preocupada por el costo de vida y la nueva ola de la pandemia, admitió que combatir la inflación requerirá «un esfuerzo a largo plazo. Para entonces será doloroso para mucha gente».GARA