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Costa gana la apuesta del adelanto electoral con una clara victoria

El PS del primer ministro portugués, Antonio Costa, consiguió una clara victoria en las elecciones legislativas adelantadas celebradas ayer, con las que se acercaba a la mayoría absoluta o, en todo caso, a simplificar las alianzas para formar Gobierno con el que evitar a los socios que le resultaban más incómodos de la «geringonça». La derecha no consiguió el avance que auguraban los últimos sondeos y la ultraderecha se convierte en la tercera fuerza del país.


El Partido Socialista (PS) liderado por el actual primer ministro, António Costa, ganó las elecciones legislativas celebradas ayer en Portugal, logrando en torno al 42.23% de los votos, con casi el 85% escrutado. Se acercaba así a la mayoría absoluta.

En todo caso, a una posición más cómoda para gobernar en solitario con apoyos externos o formar alianzas que la que mantenía hasta ahora. Precisamente prescindir de sus aliados de izquierda motivó el adelanto electoral al no poder aprobar el presupuesto.

Ahora podría contar con los ecologistas y animalistas y prescindir del Bloque de Izquierdas o del Partido Comunista. Las dos fuerzas contaban con algo más del 3% de los votos.

El líder de la oposición, Rui Rio, del Partido Social Demócrata (PSD), llegaba al 30% y no conseguía alcanzar los votos que auguraban los últimos sondeos y que le abrían incluso la posibilidad de gobernar.

A pesar de cierto desencanto hacia Costa que reflejaban las encuestas previas a la votación y del fracaso en no sacar adelante los presupuestos –lo que desencadenó el adelanto electoral– los electores portugueses parecen haber valorado la experiencia del actual primer ministro por encima de la simpatía que despertó el opositor Rio.

Estos resultados chocan con los sondeos divulgados en los últimos días de campaña, que llegaban a dar un empate técnico entre ambos partidos.

«Si se confirma el resultado ésta será una victoria de la humildad, de la confianza y de la estabilidad», afirmó el director de campaña del PS, Duarte Cordeiro. El ultraderechista Chega, que solo tenía un diputado en el Parlamento, se colocó como tercera fuerza con más del 7,4 % de los votos, mientras que los antiguos socios de la izquierda que formaron con los socialistas la llamada «geringonça» en el Gobierno ven empeorar sus resultados. El Bloco de Esquerda, tercera fuerza en 2019 con casi el 7%, cae ahora a la quinta posición, con un 3,2%, y la coalición de comunistas y verdes se quedaría en el 3,6%.

Pese a ello, el líder ultraderechista Andre Ventura afirmó que «estos resultados son malos para el país si António Costa vuelve a ser primer ministro», aunque su cabeza de lista de Basta por el Algarve, Pedro Pinto, se felicitó porque suponen «expulsar a la extrema izquierda a un rincón» del panorama político portugués.

El racismo coge fuerza con Chega, tercera fuerza

El avance del partido Chega, que logró en torno al 7,4% de los votos y podría lograr entre 6 y 14 escaños, le convierte en la tercera fuerza de un país que era la excepción europea en la representación de la ultraderecha hasta 2019. Chega ya había logrado un 12% en las presidenciales de 2021 y un 4,2% en las municipales de setiembre, continuando su progresión desde el 1,3% de las últimas legislativas. En aquella ocasión le permitió disponer de un diputado, pero fue suficiente para activar el racismo que en el contexto portugués se centró en la animosidad hacia los gitanos ya existente en la sociedad. Este nuevo avance electoral hace temer a la minoría gitana. «Temo por el futuro... de incitación al odio, de represalias contra nuestros hijos en la escuela, de policías involucrados en estos movimientos», señalaba José Fernandes, presidente de la asociación Techari en la localidad de Loures. Fue en este suburbio del norte de Lisboa donde el presidente de Chega, Andre Ventura, lanzó en 2017 su discurso racista y comenzó su ascenso.GARA