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Biden declara la muerte del líder del ISIS en un operativo en Siria

EEUU anunció la muerte del líder del Estado Islámico, Al-Qurayshi, en un operativo militar en Idleb, provincia rebelde en el norte de Siria. El asalto con helicópteros a una vivienda de dos pisos, similar al que llevó a cabo para matar a su antecesor, Al-Baghdadi, se saldó con 13 muertos, incluidos seis menores.


El presidente de EEUU, Joe Biden, informó de que el asalto lanzado en el noroeste de Siria se saldó con la muerte del líder del Estado Islámico (ISIS), Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi. El portavoz del Pentágono, John Kirby, había confirmado horas antes que la «misión ha sido un éxito» y que «no ha habido bajas estadounidenses».

El operativo tiene lugar días después de que las milicias kurdas recuperaran, tras una semana de combates, el control de la prisión de Ghueiran, en la provincia de Hasaka, que el ISIS asaltó para liberar a cientos de sus yihadistas presos.

El opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifró en trece las personas muertas, incluidas seis menores –así lo confirmó también Unicef–, en el marco de la operación, que tuvo lugar entre la medianoche y las 03.30 en la provincia rebelde de Idleb. Los efectivos especiales estadounidenses aterrizaron en helicóptero en el área de Atmé y se lanzaron al asalto de una vivienda de dos pisos, que quedó casi totalmente destruida.  

Una parte de los inquilinos del inmueble se entregaron, lo que no evitó el estallido de choques armados ni la intervención de cazas de la coalición liderada por Washington que lucha contra el ISIS. Fuentes estadounidenses aseguraron que Al-Qurayshi se inmoló haciendo explotar una carga explosiva para evitar su captura, sacrificando a toda su familia. La operación fue similar a la que se saldó en 2019 con la muerte del anterior líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi. Se trata del operativo más importante desde la muerte del califa del ISIS que, huyendo de la ofensiva de los kurdos contra los yihadistas, se había refugiado en Idleb. Gran parte de Idleb y parte de las provincias vecinas están controladas por Hayat Tahrir al-Sham, una coalición salafo-yihadista liderada por la sección siria de Al Qaeda. Idleb es objetivo preferente de los ataques aéreos del Ejército sirio y, sobre todo, de su aliado ruso. EEUU protagoniza, asimismo, ataques esporádicos en la región.

Un liderazgo rodeado de misterio que redujo el ánimo yihadista

Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi muere a manos de EEUU rodeado de un halo de misterio y sin que se haya conocido su rostro ni escuchado su voz. Nacido en octubre de 1976, fue uno de los ulemas de Al Qaeda en Irak y posteriormente se unió al ISIS, ascendiendo rápidamente en sus filas hasta convertirse en «viceemir» y hombre de confianza de Al-Baghdadi.

Desde que fuera nombrado como su sucesor, la identidad y biografía de Al-Qurayshi han sido un verdadero quebradero de cabeza para los servicios secretos. Nació en la aldea de Al-Mahalabiyah, en el norte de Irak y habitada por la minoría étnica de los turcomanos, lo que llevó a varios servicios secretos a considerar que su posición de líder era solo temporal porque no tendría la suficiente legitimidad al no descender de la poderosa tribu árabe local de los Qurayshi. Uno de los tantos nombres con los que se le conocía era Abu Omar al-Turkmani (Abu Omar el turcomano).

La ONU aseguraba en uno de sus últimos informes que el líder del ISIS «permanece invisible, evitando la comunicación directa, presuntamente para evitar el destino de su predecesor de ser rastreado y asesinado». De hecho, Al-Qurayshi habría pagado un precio muy alto por esa invisibilidad: el decaimiento del ánimo de los partidarios del ISIS cuyas operaciones en territorio europeo, por ejemplo, se vieron muy reducidas respecto al liderazgo de Al-Baghdadi. Ya era un hombre conocido por las fuerzas estadounidenses, que lo detuvieron en 2008 en Irak y lo llevaron a Camp Bucca, el mayor centro de detención y tortura de EEUU en ese país, donde fue sometido a numerosos interrogatorios.

Pero poco después, fue liberado bajo circunstancias desconocidas y se unió a Al-Baghdadi, que también estuvo en ese campamento, para ser nombrado posteriormente líder religioso en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul. En 2019, el Departamento del Tesoro estadounidense ofreció cinco millones de dólares como recompensa por cualquier información relacionada con Al-Qurayshi, cantidad que dobló al año siguiente y que seguía estando en vigor hasta su muerte hoy.

Según Washington, Al-Qurayshi ayudó a impulsar y justificar el secuestro, matanza y tráfico de minorías étnicas, como la yazidíes en el noroeste de Irak, y supervisó las operaciones globales del grupo yihadista.D.L.