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TRAS LA APROBACIÓN «IN EXTREMIS» DE LA REFORMA LABORAL

UPN cierra filas en torno a Esparza

El 80% del Consejo Político de UPN ratificó la decisión de la Ejecutiva de reclamar el acta de diputado de Sergio Sayas y Carlos García Adanero y de expulsarles si no lo hacen tras su insubordinación en la votación de la reforma laboral que se llevó a cabo en el Congreso. Ambos defendieron su voto díscolo y esperan la decisión del Comité de Disciplina.


El Consejo Político de UPN, reunido en sesión extraordinaria, cerró ayer filas en torno a Esparza frente al pulso de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, y acordó, con el 80,62% de los votos favorables, ratificar el acuerdo de la Ejecutiva por el que se pide a los diputados que rompieron el jueves la disciplina de voto que entreguen las actas y, de no ser así, iniciar los procedimientos de expulsión.

En declaraciones a los medios al finalizar el Consejo Político, el presidente de UPN, Javier Esparza, explicó que la reunión se desarrolló «con normalidad, con un debate profundo» y agradeció «el apoyo del Consejo Político, que ha ratificado la posición de la dirección».

Pero el resultado de la votación arroja un 15% de votos en contra –3,75% en blanco; y 0,62% voto nulo– que reflejan, por un lado, que la brecha interna está abierta y que aflora incluso ante una deslealtad de tal calado y, por otro, que el apoyo a ambos diputados queda lejos del que obtuvo Sayas cuando se enfrentó en 2020 a Esparza por el liderazgo del partido: en aquella dulce derrota, Sayas logró el 41,7% del voto.

Tras el encuentro en el Navarra Arena, cerrado a los medios de comunicación y que duró dos horas y cuarto, García Adanero reivindicó su insubordinación, apelando a los valores tradicionales del partido y subrayando que la dirección de UPN quiso «apuntalar el ponerse en nuestra contra», aunque agregó que «están legitimados para ello».

Más rotundo se mostró poco después Sergio Sayas, quien dijo haber expuesto ante el Consejo Político del partido que desobedeció la disciplina de voto convencido de que lo que les pedía la dirección era convertir a UPN en «el felpudo de Sánchez» y ser «un partido pisoteado por alguien que nos estaba diciendo que este pacto era por España y que al día siguiente iba a poner la mano al nacionalismo de nuevo para destrozar España».

Sayas defendió que «lo único que podía justificar» el apoyo de UPN a la reforma laboral era la «ruptura del PSOE con el nacionalismo, un precio que la formación socialista no estaba dispuesta a pagar». Y señaló, además, que acudió al Consejo Político a explicar que tomaron esa decisión «por lo que a mí siempre me ha movido en la política, que es la dignidad y la libertad, algo en lo que he militado desde que tengo 18 años y en lo que voy a seguir militando toda mi vida».

«Es un día muy difícil. Llevo 22 años en el partido», señaló Sayas, que llegó acompañado de varios cargos del partido entre los que se encontraba la alcaldesa de Alesbes, Carmen Segura. Esparza, por su parte, acudió escoltado por los pesos pesados del partido, como son la secretaria general, Yolanda Ibáñez, y el vicepresidente de UPN y alcalde de Iruñea, Enrique Maya quien, pese a salvar su modificación presupuestaria sobre la bocina gracias al PSN, sufrió el jueves en Iruñea el huracán desatado por el aleteo en Madrid, y no pudo evitar ser reprobado por tercera vez al enterarse Maite Esporrín, en mitad del pleno municipal, del voto libre de Sayas y Adanero.

Preguntado por las sospechas de «transfuguismo» o «compraventa de voluntades» levantadas por Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, Esparza negó la posible influencia que el PP pudo tener en la actitud de los diputados de UPN a la hora de cambiar el sentido de su voto, y confirmó que después de lo ocurrido en el Congreso español ha hablado con el presidente del PP, Pablo Casado, quien «me ha dicho que el Partido Popular no ha participado. No tengo por qué no creer a Pablo Casado».

Sin embargo, informaciones publicadas ayer por el diario “El País” apuntaban a que miembros del PP llegaron a contactar con los dos diputados antes de la votación en el Congreso, pero «solo para darles ánimos».

Sayas, por su parte, también aseguró que el jueves votó «con lo que siempre he hecho, la libertad. A mí nadie me impuso nada. A mí nadie me compró en ninguno de los momentos. Creo que no se me conoce cuando se puede opinar algo así», advirtió.

«Debilita a UPN»

Con todo, la consecuencia de lo sucedido en el Congreso ha sido una crisis que «debilita a UPN», remarcó Javier Esparza, quien insistió: «UPN es un partido que tiene palabra, sobre todo. Podremos acertar o equivocarnos, pero tenemos palabra. Y si llegamos a un acuerdo se cumple. Eso es lo que ha quedado en entredicho».

El presidente de UPN afeó asimismo el «engaño» de Sayas y Adanero, que «tanto en público como en privado» aseguraron que respetarían la disciplina de voto de la dirección, algo que finalmente no hicieron.

A la espera del comité

Tras la votación, Sayas afirmó que actuó con «dignidad y libertad» al votar contraviniendo las directrices de la dirección, y aseguró que aún así espera que UPN le «permita seguir».

El diputado señaló, sobre el transcurso del Consejo Político, que, «como era esperable, se nos ha juzgado antes de darnos la oportunidad de ir al Comité de Disciplina», órgano que deberá decidir durante los próximos días si finalmente expulsa a los dos diputados de UPN.

Adanero señaló, por su parte, que a partir de ahora no sabe con qué plazos actuará el Comité de Disciplina. «No sé qué plazos, supongo que ellos quieren correr mucho, pero ni idea», indicó. Además, prefirió no abordar un posible escenario de su expulsión del partido, señalando que «vamos paso a paso, no hay motivos para la expulsión, hasta que no avance el Comité de Disciplina no voy a hablar más». «Esta es una organización que tiene unos órganos y vamos a esperar a lo que dice el comité, puedo dar mis motivos para la votación y voy a explicárselo al Comité de Disciplina», añadió el diputado, quien remarcó que su defensa corre a cargo del despacho de abogados del fundador de UPN, Jesús Aizpún.

En los últimas días, ambos han sostenido en su defensa a cumplir los estatutos y ayer el expresidente de UPN Miguel Sanz se mostró convencido de que la Ejecutiva no los está incumpliendo.

«Cualquier actuación política que vaya en contra de las decisiones aprobadas por los órganos del partido, y expresamente el incumplimiento del deber de voto oficial en las instituciones», dice un apartado de los estatutos de UPN relativo a infracciones graves, será sancionado con «la suspensión de militancia por un periodo de tiempo entre uno y tres años y la inhabilitación para desempeñar cargos en el seno del Partido o en representación de éste por igual periodo de tiempo».

Sea como fuere, todo apunta que Sayas y Adanero serán expulsados del partido si no entregan las actas, y aunque lo hagan, UPN perderá los escaños en el Congreso ya que entrarán, de acuerdo con la lista de Navarra Suma, los candidatos de PP y Ciudadanos.