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Salah Abdeslam reitera su adhesión al ISIS y defiende su inocencia


En una jornada clave del juicio sobre los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, que mataron a 130 personas, el principal acusado y único superviviente de los comandos yihadistas, Salah Abdeslam, defendió ayer su inocencia y su adhesión al Estado Islámico (ISIS), y criticó el proceso en su contra al estimar que la cadena perpetua a la que se enfrenta envía un mensaje equivocado.

«No he matado ni herido a nadie, ni siquiera un rasguño», proclamó ante el Tribunal de lo Criminal de París, que ayer y hoy le interroga por primera vez sobre su radicalización.

Abdeslam, único yihadista que no activó su cinturón explosivo o murió abatido por la Policía, insinuó que renunció a detonar su chaleco al denunciar que no se puede condenar a alguien que no ha herido ni matado, como si fuera la cabeza del ISIS. «Cuando estás aislado las 24 horas, te dices si deberías haberlo activado. Te preguntas: ¿Hice bien al dar marcha atrás o debería haber ido hasta al final?», sostuvo. En un futuro, añadió, «cuando alguien en un metro, en un autobús o en otra parte con una maleta con 50 kilos de explosivos y que en el último momento se diga que quiera dar marcha atrás, sabrá que no tiene derecho a pensar eso porque no se le va a perdonar».

Aseguró que el ISIS «combate para restablecer el orden islámico» porque «el mundo occidental impone su ideología al resto». A su juicio, los atentados del ISIS en suelo europeo responden a las «agresiones» del Estado francés y de Occidente.

Calculadamente ambiguo, aparentó colaborar pero eludió entrar en ciertos detalles. «Mi hermano (Brahim, atacante en las terrazas de París) me pide hacer ciertas cosas y yo las hago», dijo.