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EL ESTADO DE UTTAR PRADESH CONSAGRA SUCESOR DE MODI A UN MONJE ISLAMÓFOBO

Yogi Adityanath es un monje que agita sin tapujos la islamofobia para movilizar el voto hinduista. Es el favorito en los comicios de Uttar Pradesh, el estado más poblado de la populosa India, y para suceder al primer ministro indio, Narendra Modi.


El estado norteño de Uttar Pradesh, el más poblado de India con 200 millones de habitantes, arrancó ayer la primera de las siete fases de unas elecciones regionales en las que el gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) espera repetir un nuevo mandato con la vista puesta en los comicios generales de 2024.

Las elecciones finalizarán el 7 de marzo y han sido presentadas tanto por el primer ministro, Narendra Modi, como por el ministro de Interior, Amit Shah, como fundamentales para el futuro del país y del Gobierno del pan-hindú BJP.

Y no solo, que también, porque Uttar Pradesh, con una población equivalente a la de Brasil, envía 80 parlamentarios a la Cámara Baja o Lok Sabha, más que ningún otro estado, y 31 a la Cámara Alta o Rajya Sabha.

El actual jefe de Gobierno de Uttar Pradesh, el polémico monje hindú Yogi Adityanath, busca revalidar la demoledora victoria del BJP en 2017, cuando se hizo con 312 de los 403 escaños regionales. Y, de lograrlo, el monje, famoso por sus diatribas islamófobas, se perfilaría como el sucesor de Modi.

Yogi Adityanath, de 49 años, cráneo rapado y envuelto en su eterna túnica azafrán de monje, ha logrado disparar su popularidad, más allá de las fronteras de Uttar Pradesh, aupado por sus discursos amenazantes y su imagen de dirigente implacable, sin alma.

Protegido del primer ministro, el monje galvaniza a los electores hindúes jugando la siempre sensible carta religiosa y les insta a votar al BJP para «defenderse» de los musulmanes, un 20% de la población del estado.

«Cada vez que denigra a los musulmanes aumenta exponencialmente su audiencia», constata la periodista Sunita Aron. «Constantemente evoca la batalla entre el 80% y el 20%», añade la cronista política, en referencia a la proporción entre hindúes y musulmanes en Uttar Pradesh. «Reivindica sin tapujos su ideología pan-hindú, lo que moviliza a las masas y al voto», agrega.

Pese a las medidas contra la pandemia, la gente se agolpa en los mítines para aplaudir al asceta. «Son los adoradores de Jinnah», tuiteó el mes pasado Yogi Adityanath, en alusión a Mohammad Ali Jinnah, fundador de Pakistán, enemigo jurado de India: «Ellos [los musulmanes] suspiran por Pakistán, mientras nosotros sacrificamos nuestra vida por Maa Bharati [Madre India]».

Milicia y vacas sagradas

Nacido como Ajay Singh Bish el 5 de junio de 1972, Yogi Adityanath vivió en una familia modesta con siete hijos e hijas.

Estudiante de matemáticas en la universidad, comenzó a militar en la rama juvenil de la organización paramilitar pan-hindú e islamófoba Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), germen y falange del BJP.

Tras graduarse, completó su sacerdocio en el templo supremacista hindú de Gorakhnath, mientras entraba en la carrera política.

Elegido diputado a los 26 años, fundó su propia milicia, Hindu Yuva Vahini. Sus miembros apalean regularmente a musulmanes tras acusarles de matar vacas o de seducir a hindúes para convertirlas al islam.

Sagradas para muchos hindúes, matar vacas para comerlas está prohibido en muchos estados indios, entre ellos Uttar Pradesh.

El monje-candidato está acusado de varios delitos. En 2007 pasó once días en prisión por orquestar enfrentamientos intercomunitarios. «Por cada hindú muerto [por un musulmán], mataremos a 100 musulmanes», prometió.

Convertido en reverendo de su templo en 2014, asumió el Ejecutivo de Uttar Pradesh tres años más tarde. Desde entonces, ha impulsado medidas contra los musulmanes, limitando la actividad de los mataderos y las llamadas a la oración por megafonía.

Más de un centenar de musulmanes y dalits [casta baja de los «apestados»] detenidos por distintos delitos han sido ejecutados extrajudicialmente por la Policía del estado.

La utilización de la intolerancia religiosa con fines electorales por parte de Yogi Adityanath y del gubernamental BJP va en contra de los principios laicos y democráticos sobre los que se fundó India.

El monje hace de contrapeso al aplicar sin complejos el programa del partido frente a un primer ministro obligado a contemporizar en función de su cargo.

No obstante, suena como su más que posible sucesor si, como presagian los sondeos, logra la mayoría absoluta con un 43% de los votos. Muy por delante del candidato socialista, Akilesh Yadav, el exjefe de Gobierno de la región y líder del Partido Samajwadi (SP).

«Evidentemente, es el número dos tras Modi», confirma a la agencia AFP una fuente anónima del BJP. «Es un poco prematuro, pero Yogi Adityanath es un claro pretendiente al puesto de primer ministro», afirma.

Además de en Uttar Pradesh, este mes y el próximo hay elecciones en el Punjab (norte), Goa (suroeste), Manipur (noreste) y Uttarakhand (norte), con un total de 183 millones de votantes llamados a las urnas en los cinco estados.