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EDITORIALA

La punta de un iceberg que hay que sacar a la luz


Un equipo de la UPNA ha realizado un estudio en el que ha identificado a 59 víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica de Nafarroa entre 1948 y 1985. A medida que se han difundido las conclusiones han aparecido nuevas víctimas, lo que apunta a que esos datos son en realidad la punta del iceberg de los abusos que padecieron muchas personas a manos de religiosos, y también de religiosas. Los autores han identificado asimismo a 31 pederastas, una información que, aunque no han hecho pública, ya han puesto en manos de la Fiscalía.

El estudio es un ejemplo más de que la conciencia social en relación con los abusos a menores en la Iglesia católica ha cambiado y la ciudadanía exige no solo conocer la verdad, sino también establecer mecanismos de justicia restaurativa para las víctimas que durante años han soportado en soledad esa pesada carga. Hasta la Fiscalía española se ha visto obligada a empezar a investigar. También han influido los pasos que se han dado en otros países para esclarecer no solo los abusos, sino también el encubrimiento a los pederastas. Todo ello ha obligado a la Iglesia española a ceder y abrir la posibilidad de que se realizara una investigación. Una cesión que buscaba imponer sus condiciones, entre ellas que lo realizara un comité bajo su supervisión y que incluyera a otras confesiones, para de este modo diluir su responsabilidad. Sin embargo, la iniciativa de Podemos, ERC y EH Bildu para crear una comisión de investigación en el Congreso ha desbaratado el intento de la Iglesia y ha obligado al resto de fuerzas políticas a posicionarse. En ese contexto, cobra cada vez más fuerza la posibilidad de que la investigación sea finalmente encargada al actual defensor del pueblo.

De una u otra manera, lo importante es que esa comisión se constituya, que se dé voz a todas las víctimas y que se pueda profundizar sin trabas ni vetos en lo ocurrido para que no vuelva a repetirse nunca más.