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JOSEBA RODRÍGUEZ
ENTRENADOR DEL ZEV ZUAZO

«Irme ahora sería como dejar el proyecto a medias»

Joseba Rodríguez, más conocido como “Haito” (Basauri, 1980), va a cumplir el próximo curso cinco temporadas al mando del Zuazo. En 2018 el club apostó por él para afianzar un proyecto, para encontrar estabilidad después de unos años convulsos, y el basauriarra cree que ha puesto su granito de arena. «Me gustaría disfrutar de todo el trabajo que hemos hecho estas últimas cuatro temporadas», subraya.


El técnico Joseba Rodriguez atiende a GARA inmerso en un curso de entrenadores. Admite que está contento por seguir un año más en el Zuazo, cerca de casa y no se arrepiente por rechazar ofertas de otros equipos de División de Honor. Valora la cercanía y el sentirse querido y respetado. El reto para las últimas cuatro jornadas será tratar de alcanzar el octavo puesto, un reto complicado a la vez que ilusionante para terminar la temporada.

Seguirá un año más en Zuazo.

Tenía ganas de seguir. Sí que es cierto que este año ha sido el primero que he tenido alguna oferta de otro equipo de la liga para irme fuera de Euskal Herria. Pero tengo una niña de 5 años y me gustaría pasar cerca de mi familia el mayor tiempo que pueda. Mi mujer me animaba a marcharme pero la verdad es que no me ha dado pena decir que no, supongo que será porque estoy en el sitio donde quiero estar.

 

En declaraciones al club decía que era el mejor momento para renovar porque el proyecto está cerca de afianzarse.

El club venía de una bonanza económica en el que hizo un super plantillón. Fue un año en el que se esperaba muchísimo de Zuazo, se pegaron el batacazo y tuvo consecuencias económicas también. Ha sido un proceso duro de cuatro años, de pelear, de estar ahí abajo, que siempre te vean como candidato al descenso, de poco a poco ir sacando la cabeza… Y este año, que nos han ido las cosas muy bien, ahora que estamos empezando a disfrutar, irme sería como dejar el proyecto un poco a medias. Me gustaría disfrutar de todo el trabajo que hemos hecho estas últimas cuatro temporadas.

 

La próxima temporada va a ser la quinta. Hay buena sintonía entre club y entrenador, ¿no?

Sí, siempre la ha habido. Siempre me he sentido muy querido. Zuazo quizá tiene una cosa mala dentro de la liga porque no es un club profesional 100%. Nosotros nos miramos mucho en lo que tenemos al lado y encima, en lo que funciona, que es Bera Bera. Es un club profesional, con gente que trabaja al 100% dentro del club y ahí están sus éxitos. Aquí todo es mucho más familiar, hay mucha colaboración de gente de la base que ayuda en los partidos y se agradece el cariño y la voluntad de ayudar en lo que sea. A la vez que valoro estar cerca de la familia, también valoro mucho sentirme así de querido.

 

¿Qué le está aportando entrenar en División de Honor femenina?

Una experiencia increible. Cuando llegué al Zuazo cogí el equipo con muchísimo respeto. Había entrenado en División de Plata masculina pero venía de entrenar en Primera Nacional en Trapagaran, era de nivel amateur 100%. Y llegar a un equipo en el que había jugadoras en selecciones nacionales absolutas y con una trayectoria como podía tener Ainhoa [Hernández], que había jugado unos JJOO, imponía bastante. Sin embargo, a la vez que he contribuido en el crecimiento del Zuazo, es obvio que el Zuazo me ha ayudado a mí a madurar como entrenador y como persona. 

 

Decía que todas las jugadoras merecen renovar. ¿Se espera alguna baja?

Alguna baja sí se espera. Nosotros tenemos claro que si alguna jugadora decide ir a otro proyecto siempre que sea por su crecimiento y evolución, lo vamos a ver como bueno, porque merecen crecer, no solo con el Zuazo. Lo que queremos, sobre todo, es que siga el mayor número de gente. Yo estoy muy contento con el trabajo, ellas se han ganado la renovación en la cancha y creo que todas merecen continuar. Van a ser ellas las que tengan la última palabra.

 

¿Era un reto mantener el nivel sin Ainhoa Hernandez, Aalla y Loidi?

Al principio te da un poco de vértigo el ver que empiezan a caer las jugadoras una tras otra, piensas que va a seguir como un efecto dominó y que tienes que hacer de cortafuegos para que no se caiga todo el castillo que has ido montando. Al final, conseguimos mantener un montón de jugadoras y les agradezco mucho que, con lo dura que fue la temporada, decidieran continuar en el proyecto. Creo que eso dice mucho de ellas y también de nuestro trabajo. Luego, una vez conseguimos recambios de garantía, había que insuflarles mentalidad ganadora y confianza porque todos los mensajes que venían de fuera eran súper negativos. Las jugadoras se han mentalizado muy rápido y ahí está el resultado.

 

¿Qué jugadora le ha sorprendido?

Dentro de la cancha, Alba Sánchez siempre ha sido una líder y no me ha sorprendido que siguiera tirando del carro. Jugadoras que han dado un paso gigante, sobre todo, ha habido dos: Mada [Fernández-Agustí] y Maddi [Bengoetxea]. Creo que son las dos jugadoras que más se ha notado su evolución; Ane Encina creo que también ha hecho una temporada espectacular –tal vez, la mejor de las cuatro que lleva aquí con nosotras–. El equipo se ha apoyado en ellas y ha crecido a la par que ellas.

 

Restan cuatro partidos de liga, están a cinco puntos del octavo puesto que ocupa Aula Valladolid. ¿Cómo lo ve?

Está muy complicado. El Aula con conseguir tres puntos ya lo tendría hecho y a nosotros se nos complica porque encima tenemos un calendario complicado: jugamos fuera contra Málaga y Aula y estamos obligadas a ganarlo todo. Vamos a empezar con el partido contra Sant Quirze que, además, en caso de sumar, sellaríamos matemáticamente la salvación y sería un hecho a destacar porque era el objetivo principal.