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EDITORIALA

Avanzar hacia el desarme, clave para frenar tiroteos


Tras la matanza la pasada semana de 19 escolares y dos profesoras en la ciudad de Uvalde en el estado de Texas, el debate sobre la venta de armas en EEUU ha copado la agenda política. Y con él se han vuelto a poner de relieve los límites institucionales que existen en el sistema político estadounidense para poder hacer cambios de envergadura en la legislación federal. Es casi imposible en cualquier cuestión sobre la que algún grupo de presión logre polarizar a la sociedad. Y la tenencia de armas es, sin duda, una de ellas.

Pocos días más tarde se celebró la convención de la Asociación Nacional del Rifle, principal lobby en defensa de la libertad para portar armas. La línea argumentativa de esta asociación se centró en señalar que el problema no es ni la facilidad para la compraventa de armas, ni el tipo de armamento que se puede comprar, sino la salud mental de las personas. Siguiendo con este razonamiento, este lobby concluye que el sistema funciona razonablemente bien y que el único problema es que algunas armas terminan en manos equivocadas. En tal caso, habrá que concluir que el elevado número de tiroteos certifican que se trata de un país con un evidente problema de cordura. Desde luego, la salud mental se ha convertido en una cuestión con una relevancia creciente en las sociedades industrializadas, donde el abismo existente entre los modelos de vida que se consideran exitosos y las condiciones materiales de existencia de la mayoría de la población es cada vez mayor.

Pero la cuestión no son las patologías mentales. Las armas, por sí mismas, incitan a su propietario a usarlas. Teniéndolas a mano, ante cualquier eventualidad, se tiende a priorizar su uso frente a otros posibles recursos. Por esa razón, facilitar el acceso a las armas no hace sino multiplicar los peligros. En este sentido, aunque limitada, la decisión del estado de Nueva York de elevar la edad mínima para comprar rifles semiautomáticos va en la buena dirección. Avanzar hacia el desarme es la clave.