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EDITORIALA

Inflación y gasto militar, fuentes de pobreza


El análisis de coyuntura que presentó ayer la fundación Ipar Hegoa subraya dos aspectos clave para comprender el contexto económico actual: la inflación y el gasto militar. Los datos suelen revelar mucho más de lo que explican, por esa razón suelen resultar más elocuentes que largas exposiciones para describir la situación económica. En este caso las cifras recogidas por Ipar Hegoa trazan de forma nítida el proceso de empobrecimiento que atraviesa la sociedad.

Por un lado, llama la atención la enorme pérdida de poder adquisitivo acumulada en la última década y que se ha traducido en que un trabajador de media haya perdido nada menos que 6.165 euros en los últimos once años. Que muchos convenios se hayan revalorizado tomando como referencia el aumento del IPC no ha sido suficiente para detener el quebranto, que notan especialmente las familias con menos recursos, ya que la mayor parte de sus ingresos –alrededor de dos terceras partes– se destinan al pago de vivienda, alimentos, energía y agua. Si los sueldos de los trabajadores no suben lo suficiente como para no perder poder adquisitivo, mucho menos recibirán la parte correspondiente a los aumentos de productividad que la economía haya generado, y que en su mayor parte han terminado engrosando las ganancias empresariales.

Por otro lado, el crecimiento del gasto militar es doblemente nocivo. Por una parte, reduce los recursos que se deberían destinar a garantizar los derechos sociales; y por otra, no aportan ninguna utilidad a la sociedad, ni en forma de mejores servicios ni de superiores infraestructuras. Desde el punto de vista económico, el gasto militar es un desembolso absolutamente improductivo y, por lo tanto, lo único que favorece es que la inflación crezca. Y los aumentos de precios siempre terminan golpeando con más fuerza a las personas con menores recursos, y que ya arrastran importantes pérdidas. Frenar la inflación y el gasto militar son dos de las claves para detener el proceso de pauperización general de la ciudadanía vasca.