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Argel rompe el tratado de amistad con Madrid por el giro sobre el Sáhara

El Gobierno de argelino suspendió el Tratado de Amistad con España firmado hace casi dos décadas solo unas horas después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, volviera a defender en el Congreso su giro respecto al Sáhara Occidental para apoyar los planes de Marruecos, evitando cualquier referencia a Argelia.

Pedro Sánchez, en el Congreso, volvió a defender su apoyo al plan Rabat y eludió la tensión con Argel. (Eduardo PARRA | EUROPA PRESS)

La Presidencia argelina anunció la suspensión inmediata del tratado de amistad suscrito con el Estado español hace casi dos décadas por su «injustificable» apoyo al plan de autonomía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, que Argelia, como principal valedor del Frente Polisario, considera una traición a los saharauis.

Argel recrimina al Gobierno español su campaña para argumentar un giro político que supone una «violación de las obligaciones jurídica, moral y política» de la potencia administradora del Sáhara Occidental. Insistió en que una fórmula ilegal e ilegítima como es la autonomía propuesta desde Rabat plantea una política colonial de hechos consumados mediante «argumentos falaces».

Solo unas horas antes, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, había vuelto a defender en el Congreso español su respaldo al plan de autonomía marroquí como «la base más sólida, realista y creíble» para una solución.

Insistió en que en un escenario de extraordinaria inestabilidad geopolítica «la comunidad internacional se tiene que arremangar y resolver conflictos cronificados».

Por otro lado, descartó que el cambio esté relacionado con el espionaje al que fue sometido su móvil, frente a la posibilidad de que la información obtenida haya podido ser empleada por Rabat para presionar al Gobierno, como sugirieron algunos grupos. Varios portavoces recordaron al presidente la llamada a consultas del embajador argelino o la amenaza de subida del precio del gas, pero Sánchez no se dio por aludido y evitó referirse a Argelia. El pasado 19 de marzo Argelia llamó a consultas a su embajador en Madrid después de que Marruecos divulgara la carta de Sánchez al rey Mohamed VI en el que este apoyaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara, en contra de los consensos internacionales y resoluciones de Naciones Unidas.

Desde entonces, el Ejecutivo ha evitado declaraciones sobre el que era el principal exportador de gas al Estado español, y repite como un mantra que es «un socio sólido y fiable», ignorando la creciente irritación en Argel -y, por supuesto, en Sahara Occidental- por el giro en la postura oficial de décadas, que ha venido mostrando con varias medidas y gestos. Ayer, tras la ruptura del tratado, el Gobierno español lamentó la decisión y volvió a referirse a «un país vecino y amigo» del que dice no temer represalias.

El tratado prevé la cooperación en ámbitos como el económico, la defensa, la lucha contra el «terrorismo» o el cultural.

Argelia también ha advertido a Madrid por la decisión del Gobierno español ayudar a Marruecos a afrontar sus problemas de abastecimiento de gas, después de que Argel cortara el suministro a la Península a través del gasoducto GME, que cruza por territorio marroquí.

«No solo existe Marruecos en el norte de África»

El delegado del Frente Polisario en el Estado español, Abdullah Arubi, justificó la ruptura por parte de Argelia del tratado de amistad con el Estado español por la falta de explicaciones de Madrid sobre el «giro radical» sobre el Sáhara Occidental. Arubi recordó que Argel ya llamó a consultas a su embajador para buscar respuestas convincentes sobre el aval al plan de autonomía de Rabat. A su juicio, el giro, que responde a la presión constante de Marruecos, «va contra el Derecho Internacional e ignora la autodeterminación», en un momento especialmente complicado por la tensión entre Rabat y Argel. Así, lamentó que Sánchez no tuviese en cuenta a Argelia. «España tiene que entender que el norte de África se compone de muchos más países, no solo Marruecos», señaló Arabi, y acusó a Sánchez de inclinarse hacia el país que ocupa el Sáhara a costa de complicar cualquier solución. GARA